COPA AMÉRICA: MARCA MUNDIAL
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Hernán Quiroz Plaza

Mientras Europa atravesaba la Primera Guerra Mundial (1914-1918), al otro lado del Atlántico, Suramérica conmemoraba con fútbol el primer centenario de la Declaración de Independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica (actuales Argentina y Uruguay). 1916 sería el año elegido para dar inicio al torneo de naciones más antiguo del mundo: La Copa América. Y aunque en 1910 se realizó un torneo de prueba, solo se oficializó seis años después. Eran los años de hegemonía uruguaya, los ‘charrúas’ ganaron seis de las 10 primeras ediciones de la competencia.

Mismo período de tiempo en el que ganaron sus únicas dos medallas de oro en Juegos Olímpicos (París 1924 y Ámsterdam 1928). Posteriormente en 1930 su dominio se extendería como el Primer Campeón Mundial de Fútbol. El torneo, desde 1975 comenzó a presentar cambios en su formato de competencia, asemejándose al utilizado por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) en la Copa Mundial. División por grupos, semifinales y final.

La primera Copa América se celebró en 1916, en Buenos Aires, participaron 4 equipos (Argentina, Uruguay, Chile y Brasil), se disputó con el sistema todos contra todos, y la ganó la Celeste al imponerse al seleccionado anfitrión en dos capítulos. ¿Cómo? Sí, leyó bien, estimado lector. La final comenzó el domingo 16 de junio en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (G.E.B.A.) en el barrio de Palermo, considerado el mejor coliseo del momento en Sudamérica, y finalizó el lunes 17 de junio en el estadio de Racing Club de Avellaneda.

El primero, el domingo, debía iniciarse a las 2:30 PM, pero se postergó una hora por la incesante entrada de gente. Cuando entraron ambos equipos, la cancha estaba abarrotada de espectadores y los jugadores se retiraron a los vestuarios. Ya se habían vestido de civil para marcharse, cuando se resolvió que el partido se jugaría, aunque no decidiría el torneo, sino que sería un amistoso. Volvieron a cambiarse para vestir de corto, salieron a la cancha y ayudaron a los policías a retirar a la gente, aunque los hinchas se quedaron en un costado, a medio metro de las líneas laterales. El comienzo de la acción provocó que la marea humana (en total había más de 20.000 personas enardecidas, la mayoría sin entrada), desbordara el aforo e invadiera por la fuerza el terreno de juego a los 2 minutos, momento en que el árbitro chileno Carlos Fanta decidió parar y aplazar el encuentro.

Sólo Dios evitó que hubiera una masacre, ya que la furia por la suspensión provocó el caos. Disconformes con la decisión de postergar el juego, precursores seguramente de algunas barras bravas actuales, arrancaron uno de los arcos, prendieron fuego a las redes, e incendiaron la tribuna popular de madera que daba al río de La Plata. Los bomberos recién lograron controlar el fuego a las 10:00 PM, y de las 3 tribunas populares no quedó rastro. Sólo se salvó el palco oficial. El segundo capítulo se inició 24 horas después del escándalo, una vez que cesó la venta de entradas al comprobar que las tribunas del Cilindro de Avellaneda estaban repletas. El partido finalizó en empate (0-0), resultado que consagró al combinado oriental.

Otro dato que habla del espíritu amateur de la época es que en aquel tiempo no existían los entrenadores, razón por la cual los jugadores eran elegidos por una comisión de la Asociación de Fútbol. Más que selección era un “ven tú”. Para muestra, vale otra anécdota que pinta de cuerpo entero la manera de organizarse en ese entonces. Argentina goleó (6-1) a Chile en la segunda fecha de la Copa, y el 10 de julio debía enfrentar a Brasil. El caso es que cuando los dirigentes de la Asociación Argentina de Football decidieron cómo formaría el equipo, sólo había diez jugadores.

Alberto Ohaco, jugador de Racing (marcó 244 goles en 278 juegos entre 1912 y 1923, lo que se constituyó en un récord para el club) y autor de un doblete contra Chile, no pudo regresar a tiempo de un viaje laboral, con lo que faltaba uno para completar los once titular.|

Cabe apuntar que Chile presentó una propuesta formal para invalidar el triunfo de Uruguay por haber alineado a dos jugadores de raza negra, Juan Delgado e Isabelino Gradín. Objeción que fue denegada. De hecho, Gradín, bisnieto de esclavos congoleños al igual que Delgado, nacido en Montevideo el 8 de julio de 1897, se erigió en el goleador del campeonato con 3 anotaciones, y a la vez fue elegido mejor jugador del torneo. Portento de la naturaleza, Gradín se consagró también Campeón Sudamericano de atletismo en 400m (1918, 1920 y 1922), de 200m (1919 y 1920), de la posta 4x400 (1920 y 1922) y ganó 9 medallas de oro para Uruguay.

Precisamente, Isabelino, después de dejar el fútbol creó un club de atletismo en Montevideo, y murió sumergido en la pobreza el 21 de diciembre de 1944 a los 47 años. Sus hazañas han sido glosadas por Eduardo Galeano y el poeta peruano Juan Parra del Riego.

TROFEO

El trofeo de la Copa América es elaborado en plata y su base en madera cuenta desde 1979 con las placas de los países campeones. La posesión es transitoria, lo que significa que no queda de forma definitiva en manos de la selección vencedora. Fue elaborado en la joyería y relojería Casa Escasany por solicitud del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina para ser donado a la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol). En toda su historia solo ha tenido una variación en el trofeo entregado y fue para la edición centenaria disputada en 2016 en Estados Unidos.

Diseñado por Epico Studios, de fabricación inglesa por Thomas Lyte. Es un trofeo ligeramente parecido al original, con acabado interno de plata y bañado en oro.

REALIDAD DE COPA AMÉRICA USA 2024

En esta nueva edición de la Copa América, si un hincha quiere asistir al partido Ecuador-Venezuela el 22 de junio en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California, y al día siguiente ver el Uruguay-Panamá en el Hard Rock Stadium de Miami. Claro que sí, primero deberás hacer unos 80 km en carro desde Santa Clara a San Francisco, allí pescar un vuelo directo hasta la joya de la Florida y tomarse 5 horas y 35 minutos en el aire. Llegas, alquilas otro auto y haces los casi 29 km desde el aeropuerto hasta el coliseo. Por supuesto, ello significará en total unas doce o quince horas de traslado y alrededor de 1.000 dólares de costo. Pero podrías intentarlo. Es más o menos como ver en vivo un partido el sábado en Caracas y otro el domingo en Guayaquil. Por el mismo torneo…

Así será, a grandes trazos, seguir la Copa América en Estados Unidos. No deja de ser un orgullo que nuestro torneo continental, primero en el mundo, se expanda y se importe a otras latitudes. Sin dudas, la locación en la patria de Lincoln aumenta su prestigio. Es una caja de resonancia universal. No obstante, seamos claros: será una copa para la televisión. Y para los latinos residentes en Estados Unidos, que ya suman 65 millones. Ellos aman el fútbol y seguirán a sus selecciones. El colombiano a Colombia, el ecuatoriano a Ecuador, el venezolano a Venezuela y así. De Sudamérica irán muy poquitos, mínimos. Quien esté en condiciones de erogar unos cuantos miles de dólares tal vez pueda acompañar a su equipo nacional en tres o cuatro partidos, no más.



Será la mejor Copa América de la historia”, anunció el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez. Tal vez. Y la que genere mayores ingresos, eso sin dudas. Los calculamos en unos 2.000 millones de dólares, algo inimaginable si se realiza en Sudamérica.

No obstante, será incómoda aún para quienes viven en Estados Unidos. Una Copa dispersa, con 32 encuentros en 14 subsedes, en algunos casos ciudades con un partido, otras con dos. Y todo ello en un territorio gigantesco como el de EE.UU., con distancias enormes entre un emplazamiento y otro. En cada sitio concurrirá en su mayoría público local. Difícil trasladarse. Y completamente inviable para el periodismo. Sólo para aquellos que deban relatar y transmitir los encuentros de la selección de su país.

Será la antípoda total del “concepto Qatar”, que organizó un Mundial en una sola urbe -Doha-, donde todo estaba a mano, los ocho estadios próximos y conectados por autopistas y el metro. Una maravilla que tal vez no se repita nunca. Qatar, cada día lo tenemos más claro, fue la mejor Copa del Mundo con diferencia. Toda vez que venga un nuevo torneo lo evocaremos con nostalgia. En Qatar hubo hinchas y periodistas que presenciaron hasta tres partidos en directo en un mismo día. Querían probar esa experiencia. Era posible por la cercanía y por los horarios.

“Aquí no creo que nadie pueda ver ni cinco partidos en el estadio, es muy bravo. Esto no es Qatar, donde todo era cercano, accesible, fantástico”, dice Manolo Rosero, productor televisivo ecuatoriano radicado hace años en Houston. Manolo, quien trabaja para el rotativo El Universo de la ciudad portuaria de Guayaquil, recorrió las 14 sedes de la Copa. Agrega: “Todos los estadios están lejos de las ciudades. Sólo a tres se puede ir en tren. Para llegar a ellos debes ir en carro, alquilando uno. El parqueo arranca desde los 40 dólares.

Y eso, bien lejos del estadio, 100 si quieres un lugar próximo. Si no tienes carro, desde tu hotel hasta el estadio un taxi te cobra 100 dólares la carrera”.

Otro dato a tener en cuenta, el costo de las entradas es muy elevado y los viajes internos igual. “En junio-julio, un pasaje Miami-Nueva York estará entre 800 y 900 dólares”, dice Rafael Crisóstomo, fotógrafo peruano con 40 años en el país del norte. “Iré en mi auto a cuatro juegos, los que quedan más o menos cerca de Daytona Beach, donde vivo. No sé si me animaré ir a un quinto partido en Charlotte, que albergará una semifinal, es mucho sacrificio. Tengo una hora hasta Orlando, tres y media a Miami y 6 a Atlanta, donde Argentina jugará el cotejo inaugural. Hasta ahí llego, para los periodistas es muy difícil esta Copa”, dice Crisóstomo, quien trabajó añares en el Washington Post. “Y está el tema del clima, hará mucho calor durante la Copa. En la Florida llevamos semanas con 40 grados. No quiero ni pensar los que se jueguen en Arizona”.

Para quienes decidan ir a Estados Unidos y acudan a tres o cuatro juegos, luego podrán ver el resto por televisión. “Puedes quedarte a verlos cómodamente en tu hotel, pero para eso tienes que pagar, aquí todo se paga. Como ejemplo: cada juego del Inter Miami sale entre 26 y 36 dólares-, informa Rosero-. El fenómeno Messi disparó todo, ha sido un boom extraordinario. Hay un antes y un después de Messi. Esta es una Copa pensada para la televisión y para darle más fuerza al fútbol en Estados Unidos, que ahora es el cuarto deporte detrás del fútbol americano, el béisbol y el básquet”. Un hotel económico se puede conseguir por 150 dólares la noche.

Rentar un auto cuesta entre 80 y 90 dólares diarios. “Pero a ello debes agregarle los peajes y la gasolina. De modo que tampoco es barato viajar en carro. De Nueva Jersey a Charlotte el GPS te marca nueve horas, pero nunca puedes hacerlo en menos de once, pues debes parar para descansar un poco y comer”, dice Manolo Rosero, quien hizo el trayecto.

“Ir al fútbol acá es caro y complicado”, dice Johani Ponce, periodista venezolana con residencia en Miami. “Llevé a mi hijo a un partido de Messi, aquí en Miami, y entre entradas y demás gasté 500 dólares, demasiado”. ¿Ya hay atmósfera de Copa?, se le preguntó a Manolo. No, muy poco, y eso entre los latinos. Para que tengas una idea, en Houston tenemos un equipo de fútbol en la MLS, el Houston Dynamo, yo les pregunto a mis vecinos gringos y no saben qué es el Dynamo, no han escuchado. En la recorrida por los 14 estadios algunos de los administradores no sabían que se jugaba la Copa América ni de qué se trataba. Decían: ‘Ah, con razón nos reservaron el estadio para esa fecha’. Pero esto ayudará a popularizar más el fútbol”.

La Copa América es una marca mundial, excedió a nuestros países eternamente en desarrollo, hiperpolitizados, casi siempre en crisis económicas, con tremenda inseguridad y grandes carencias. Nos preguntamos cómo hubiese sido disputar la Copa América hoy en Ecuador, al que le correspondía hospedarla por el criterio rotativo de organización. Ecuador renunció a montarla y probablemente fue una acertada decisión. Pero nos preguntamos: ¿qué país sudamericano estará en posición de organizarla después de los ingresos que mostrará Estados Unidos 2024…? ¿ ¿La tendremos de vuelta en 2028?. 



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