Waleska Perdomo Cáceres
El mundo de las ideas es un espacio totalmente distinto al mundo físico. En Platón, el mundo sensible es percibido por los sentidos, está constituido por los objetos físicos y está sujeto al cambio, a la imperfección. Es transitorio y efímero, por lo que no puede ser conocido de manera definitiva. El mundo inteligible, está conformado por las ideas, las formas y los conceptos. Es un espacio abstracto y perfecto dónde trasciende la realidad sensible de un mundo eterno, esencialmente verdadero.
Si el mundo fuera una caverna, tal como lo plantea Platón, entenderíamos de inmediato el porqué de la falsedad de las sombras vistas por los prisioneros. Para ellos, que no conocen otra cosa, esas formas, son la verdadera y única realidad y a ellas se le atribuyen todo lo percibido: los sonidos y palabras proferidas por los hombres que, transportaban las figuras proyectadas. Para el mismo Platón, es probable que ocurran varias circunstancias. La primera es que la salida de los prisioneros tal vez sería a la fuerza e incluso en contra de su voluntad pues es lo único que conocen. Luego se revelaría tanto las imágenes que transportan los otros hombres (que causaban las sombras y los sonidos) y luego, el fuego. El prisionero en fuga, se quedaría cegado al ver directamente la luz del fuego y creería que quien le impulsa hacia afuera le está engañando.
Poco a poco, a medida de que el prisionero va ascendiendo hacia la auténtica realidad, se iría dando cuenta del engaño. Vería sombras distintas, las proyectadas por el sol, que son verdaderas realidades y no la percepción de las sombras de la caverna, por lo que podría observar el mundo real. De ahí que la construcción de la methexis Platónica, interrelaciona a las ideas con el mundo sensible. Postura criticada por Aristóteles en su metafísica o filosofía primera.
En Platón la Idea existe primero y el individuo después. En Aristóteles, lo real es lo individual entendido como compuesto hilemórfico, es decir la realidad es una unión materia-forma. Entre Sustancia Primera y Sustancia Segunda. El mundo es, metafísicamente hablando, un todo estructurado de sustancias o de modos de la sustancia, y sustancia o entidad es, la esencia y el individuo compuesto de materia y forma (hilemorfismo). Lo que Aristóteles llama sustancia, entidad, esencia, ousía, es un doble sentido fundamental: por un lado contiene un aspecto lógico como «qué es» (reducible a lo inteligible: forma o esencia) y el aspecto ontológico de «aquello que es» (reducible al ser individual). La metafísica, la ontología, mira en perspectiva, buscando el conocimiento más allá de los individuos y las cosas concretas.
Galileo ha demostrado cómo los sentidos pueden engañarnos, y que no es fiable pensar que la realidad se conoce e incluso la propia existencia de la realidad se puede convertir en un problema filosófico.