La metáfora en los cuentos infantiles, juega un papel preponderante. Es el vehículo para transportarnos a mundos imaginarios dónde se desenvuelve la trama, suceden diversos eventos, ocurren batallas de bien contra el mal. Es ahí dónde viven personajes que jamás existieron o sí. Planos dónde se dan confrontaciones épicas que pueden desenlazar un sinfín de emociones, tristezas, alegrías, tensión.
Lugares que podrían ser Camelot, Liliput, el País de las Maravillas, Narnia o el conocido Oz.

Sí, el reino mágico de OZ, donde los sueños cobran vida, dónde Dorothy, una niña perdida y atemorizada, busca su camino de regreso a casa luego de ser atrapada por un tornado. El tema de la pugna entre el bien y el mal, se hila con la presencia de la benevolente Bruja del Norte y de la Bruja Mala del Sur, con estos encuentros emprende un viaje lleno de aventuras por el camino de baldosas amarillas, con la esperanza de que el enigmático Mago de Oz pueda concederle su más anhelado deseo: volver a casa.

En su travesía, Dorothy también se encuentra con tres compañeros únicos: el Espantapájaros, que buscaba la inteligencia; el Hombre de Hojalata, deseoso de un corazón; y el León Cobarde, que buscaba el coraje. Cada uno, con sus propias carencias, se unieron a Dorothy en su viaje hacia la Ciudad Esmeralda, confiando en que el Mago de Oz pudiera cumplir cada uno de sus deseos.

Juntos, enfrentan numerosos desafíos en su camino. Ninguno contaba que en el recorrido se iban a transformar en poderosos aprendiendo a confiar en sí mismos y en los demás. Demostrando el poder que tienen la amistad, la cooperación, la serenidad, el coraje y firmeza como elementos esenciales para superar cualquier obstáculo. Entonces en ese viaje lleno de tropiezos, se convierte en una forma de reconocer el potencial interno de cada uno. El Espantapájaros, que creía no tener cerebro, ideó ingeniosos planes para sortear los peligros. El Hombre de Hojalata, que pensaba que no tenía corazón, mostró una gran sensibilidad y empatía hacia sus amigos, y el León, que se consideraba cobarde, enfrenta sus miedos para proteger a Dorothy y al grupo.

Cuando finalmente llegan a la Ciudad Esmeralda, descubrieron que el Mago de Oz era un fiasco. No era tan poderoso como pensaba. Oscar Zoroastro Phadrig Isaac Norman Henkle Emmannuel Ambrosio Diggs. Oz, no era más que un mortal, como todos. No era el gran alquimista y gobernante que todos creían. Simplemente utiliza el engaño y la tecnología para crear la ilusión de un poder mágico, impresionante, pues lograba simular capacidades humanas y sobrehumanas para ejercer el poder sobre sus pobladores. A pesar de su apariencia poderosa, realmente era un hombre débil que utilizaba trucos para mantenerse en el poder.

Desde Oz es interesante al mostrar cómo el viaje de Dorothy, lleno de tropiezos y abusos, puede transformar a las personas a través de sus mismas experiencias. Pues en este caso, cada uno de los personajes se percatan de que ya poseían lo que buscaban: El Espantapájaros tenía inteligencia, el Hombre de Hojalata tenía un gran corazón, y el León tenía valor. Dorothy, por su parte, descubrió que el verdadero poder para regresar a casa estaba dentro de ella misma.

Es por ello que la esperanza, nunca muere. Dorothy aprendió que los valores más importantes, son los más altos como la amistad, la valentía, la inteligencia y la compasión y esos siempre habían estado en su interior. Al final, Dorothy regresó a Kansas, llevando consigo las valiosas lecciones aprendidas en su viaje por Oz.