Leopoldo Puchi
La noticia ha despertado el interés de los analistas y plantea varias interrogantes: ¿Por qué Estados Unidos ha mostrado interés en reanudar el diálogo? ¿Por qué Maduro ha decidido aceptar ahora?
Al aceptar el diálogo, Maduro dijo: "Quiero superar este conflicto brutal y estéril con ellos. He recibido la propuesta durante dos meses continuos del gobierno de Estados Unidos de restablecer las conversaciones y el diálogo directo. Luego de pensarlo durante dos meses, he aceptado y el próximo miércoles se reinician las conversaciones (...) para que cumplan los acuerdos firmados en Catar y restablecer los términos con respeto, sin manipulación y que, además, sean diálogos públicos, sin especulación".
También señaló Maduro: “Ya saben quién va a ganar, y yo se las voy a poner fácil. Soy un hombre de diálogo, y quiero que a través del diálogo se respete a Venezuela, a hacer respetar a nuestro país, su democracia, su pueblo".
Por su parte, un funcionario del Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos confirmó que la administración retomará las conversaciones con representantes de Venezuela: “Como hemos dicho anteriormente, le damos la bienvenida al diálogo de buena fe”, dijo el funcionario. “Tenemos claro que el cambio democrático no será fácil y que requiere de un compromiso serio”.
CONFLICTO
Las lecturas que se han hecho sobre este movimiento son variadas. En principio, no tiene por qué sorprender que dos países que están envueltos en un conflicto busquen superarlo a través de negociaciones. Venezuela es calificada como “una amenaza para la seguridad de Estados Unidos” y se han ejecutado fuertes acciones de bloqueo sobre la industria petrolera venezolana. Las hostilidades han llegado al punto en que Venezuela es uno de los pocos países sin representación diplomática estadounidense.
ITEM ELECTORAL
Desde una perspectiva de largo plazo, podría pensarse que el diálogo anunciado entre Washington y Caracas podría culminar en un acuerdo geopolítico integral que le ponga fin al conflicto. Este acuerdo podría establecer una cooperación económica basada en el respeto a la soberanía de Venezuela y de sus vínculos con los diversos polos mundiales. Se despejaría así una sombra que pesa sobre la evolución de los acontecimientos.
No obstante, más allá de la naturaleza de fondo del conflicto, que por sí misma justifica cualquier negociación, el reinicio del diálogo puede tener interpretaciones más coyunturales. En este sentido, es importante destacar el impacto electoral favorable para la candidatura de Maduro al haber propuesto el entendimiento y el diálogo con Estados Unidos. Los distintos estudios de opinión indican que, al mismo tiempo que hay un rechazo a las sanciones y un fuerte sentimiento de soberanía, la gran mayoría se muestra partidaria de un diálogo con Estados Unidos y considera que esto representa un paso importante hacia la estabilización del país.
GARANTÍASOtra perspectiva sugiere que la decisión de reanudar el diálogo entre los dos países forma parte de un esfuerzo más amplio por crear las condiciones necesarias para el reconocimiento de los resultados electorales, tanto por parte del gobierno estadounidense como de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, independientemente de quién sea el vencedor el 28 de julio. Esto sería un factor de estabilidad política para las inversiones petroleras.
Este enfoque es más amplio que el pacto de garantías propuesto por Gustavo Petro, el cual se limita a la convivencia de los factores internos. Al incorporar la dimensión determinante del conflicto, la geopolítica, y a un actor fundamental, Estados Unidos, se podría llegar a acuerdos más consistentes.
DIÁLOGO
Tras el fracaso del intento de Donald Trump de derrocar al gobierno venezolano en 2019, la administración Biden elaboró una nueva política hacia Venezuela. En este contexto, Biden ha adoptado un enfoque más flexible, pero el objetivo de realinear a Venezuela en su órbita promoviendo un gobierno que sea afín a sus intereses no ha sido abandonado. El cambio táctico se ha manifestado en varias iniciativas, incluida la nueva solicitud de diálogo. Pero es probable que las conversaciones se limiten a los aspectos coyunturales señalados sin que se aborden los asuntos de fondo.