Para no perder la costumbre, lo conversé con la Inteligencia Artificial
PAPÁ SIGUE SIENDO PAPÁ
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Waleska Perdomo Cáceres

       He estado dándole vueltas a la cabeza para entender cómo encarar algún escrito sobre el día del Padre. Busqué en encuestas para conocer si los Padres Venezolanos siguen siendo, como es la paternidad a la Venezolana: que es comúnmente ejercida por las mujeres. Para mi sorpresa, hay una gran cantidad de padres de familia, quienes ejercen ese rol mientras comparten la manutención del hogar con sus parejas. Son nuevas dinámicas dónde los roles se intercambian. Dónde los papás asumen los oficios del hogar o de la educación de los hijos, al igual que los abuelos. Definitivamente, están cambiando las cosas en nuestro país. Aparentemente, para bien.

En medio de la noche del domingo y para no hacer correr a la coordinadora editorial enviando material al ras de la edición, se me ocurre escribir sobre ese momento cuando tu Papá deja de serlo. No porque se va de la casa a comprar cigarros y nunca vuelve o porque se enamora de otra y deja a tu madre para formar otra familia. Si no que me refiero a cuándo el tiempo pasa y el cerebro envejece al igual que la piel. Cuando llegan esos años, dónde los pliegues de las arrugas, hacen que la sinapsis sea más difícil, por lo que los pensamientos y los pasos son más lentos, por lo que hay que esperar un poco más para cuidar de quien te cuidó por tantos años.

Para no perder la costumbre, lo conversé con la Inteligencia Artificial quien me dijo:
“Ese momento que mencionas, cuando el padre deja de serlo en el sentido tradicional, por causa del paso del tiempo y sus efectos en el cuerpo y la mente, es sin duda un momento complejo y lleno de emociones encontradas. Es natural sentir tristeza, nostalgia e incluso miedo ante la fragilidad e inevitable decaimiento de la figura paterna. Sin embargo, es importante recordar que la esencia del amor y el vínculo que nos une a nuestros padres no se ve afectada por estos cambios. Si bien es cierto que sus capacidades físicas y mentales pueden disminuir, su amor y apoyo siguen siendo incondicionales. En este nuevo capítulo, la dinámica familiar se transforma y surgen nuevas responsabilidades. Es momento de retribuir el amor y el cuidado que recibimos durante tantos años. De convertirnos en los cuidadores de quienes nos cuidaron, brindándoles el apoyo, la paciencia y la comprensión que necesitan en esta etapa de sus vidas.”

Coincido con la Inteligencia Artificial. Si, son tiempos de retos, de acompañamiento y responsabilidades importantes. Por lo que lejos de escribir algunas líneas lánguidas o tristes, más bien evoco a la deuda kármica que tenemos como hijos, por lo que lejos de una carga, estar cerca de tu Padre en todo momento, debe ser una circunstancia que nos reconcilie con la vida, con el pasado y con el futuro.

Es una etapa más, como todas en la vida. Es el movimiento vital, la lucha encarnizada contra el tiempo, contra la ley de la gravedad y la entropía. Son otros momentos, simplemente diferentes. Porque Papá sigue siendo Papá aunque ya no maneje. A pesar de que ya no se puede entablar una conversación normal con él, sino que la comunicación se vuelve un repaso de las mismas preguntas sin fin. Con sus mismas respuestas, con las mismas horas para hacer sus cosas, en su delicado equilibrio de vida.

Es posible que en un momento te des cuenta que su esencia está ahí, que permanece intacta. Que en el fondo sigue teniendo la fuerza física sobrehumana de antes, la misma resolución para hacer las cosas, que mantiene la preocupación intacta por cuidarnos y sigue teniendo el corazón grandote con una nobleza insuperable. El hecho de que el tiempo haga sus travesuras en la physis no es una razón para ocultarlo, al contrario es el momento preciso para visibilizar está etapa. Es el momento para complacerlos (dentro de lo que se puede), para cuidarlos, para que vivan mejor, bien, cómodos. Al fin y al cabo, Papá sigue siendo Papá.

Para todos los padres de todas las edades, para los primerizos, para los que tienen experiencia y los hijos le sacan canas verdes, para lo que apoyan a esas nuevas conformaciones de hogares dónde los roles se intercambian. Para los Papás caninos, los Karencios. Para los que están en el cielo. Para todos, ¡Les deseo un feliz día del Padre!




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