Dónde millones de almas en el mundo se unen sin distinciones humanas de razas, credos o tradiciones para ser canales de bendición para la madre tierra y la humanidad
LA OCASIÓN DE WESAK
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Waleska Perdomo Cáceres

Hay un espacio en el alma dónde todo es perfecto y correcto. Dónde a pesar de las vicisitudes de la vida diaria, de los dramas, todo tiene sentido. Lo bueno y lo malo, tienen una razón. En este espacio habita la luz, el conocimiento ancestral. Ahí podemos entrar a través de la práctica de las enseñanzas espirituales más profundas, que van más allá de las religiones, de los libros, del hombre o de las guerras por tener la verdad. Estas razones son tan válidas como lo es la creencia en una realidad incognoscible, como puede ser el espacio o las estrellas. Son las razones que nos llevan a creer en algo



En ese espacio inundado de conocimiento, es el lugar dónde habita la chispa divina en mí, el YO SOY. Una afirmación potente que reconoce nuestra herencia espiritual como hijos de Dios. Como semillas de un alma más grande de lo que vemos, en mayor extensión o comprensión. Pues es necesario creer que estamos nadando en un océano de luz, de vida, de abundancia, dentro de algo más grande que lo humano, es lo que nos sostiene en el transitar de la existencia, llamada vida. Desde este espacio, es donde los practicantes espirituales atendemos a la ocasión de Wesak.

Un lugar espiritual al que vistamos todos los años en el festival mayor de meditación que ocurre en el plenilunio de Tauro:

«Ningún precio que se nos exija será demasiado elevado para ser útil a la Jerarquía en el momento de la Luna Llena de Tauro, el Festival Wesak; ningún precio es demasiado elevado para obtener la iluminación espiritual posible, particularmente en este momento.»

Djwhal Khul

Es el gran amanecer del alma, una oportunidad dónde los discípulos nos prestamos a hacer el servicio de anclar las energías sutiles que provienen del Señor Cristo y del Señor Buda a la tierra. Una ocasión dónde millones de almas en el mundo se unen sin distinciones humanas de razas, credos o tradiciones para ser canales de bendición para la madre tierra y la humanidad. Es un momento auspicioso dónde se celebra la muerte, nacimiento e iluminación del Buda. El plenilunio de Tauro, es una circunstancia que se aprovecha para la realización espiritual y para prestarnos como canales conductores de energía divina a ser materializada en la tierra. Por eso, muchos discípulos aprovechan la oportunidad de servir a la jerarquía y a la humanidad.

El Festival de Wesak, tiene una duración de 5 días, el cual inicia con dos días de renunciación y desapego, jornadas necesarias para desintoxicar el sistema etérico, para reflexionar y renunciar a todo lo que sea necesario. Es una gran oportunidad para la purificación.

El tercer día, es la cúspide de la luna llena, la ocasión de Wesak, un viaje cósmico que nos lleva a un plano etérico dónde el alma se fusiona con la energía del Buda, del Cristo y de los practicantes atienden al servicio de anclar la energía divina en la tierra, en el momentum de 3 minutos, que es exactamente al 100% de la luna llena.

Este es el día de salvaguarda. Es un día para el silencio, la alegría del servicio, para la introspección y la paz interior. Para la entrega espiritual, por lo que se debe mantener esta conciencia durante toda la jornada. Por ello, se debe resguardar la energía del uso indebido o exagerado de las palabras, evitando acciones inapropiadas y absteniéndose de pensamientos negativos.

Los dos últimos días, posterior al gran amanecer, son conocidos como días de distribución. Son espacios para el agradecimiento, la alegría y la felicidad. Estas líneas serán publicadas días después de la ocasión de Wesak o Vesak, pues ha ocurrido el 23 de abril de 2024. De igual manera, desde este rincón les deseamos la mayor alegría, prosperidad y abundancia en sus vidas.

Atmas, Namaste





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