En una inusual declaración, Beijing polemiza con Washington sobre el tema venezolano
CHINA Y LAS ELECCIONES VENEZOLANAS
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Leopoldo Puchi

Un editorial publicado recientemente por el Washington Post señala que Venezuela desafía las demandas de Estados Unidos en relación a la organización de las elecciones del 28 de julio. El presidente Biden estaría obligado a cumplir la promesa de reimponer las sanciones económicas previas y explorar alternativas equivalentes para aislar al gobierno venezolano.

El Washington Post sostiene que “es hora de responder”, lo que refleja la posición de una fracción influyente de la dirigencia política estadounidense, contraria al viraje en la política hacia Venezuela de la administración Biden. Este sector considera que es indispensable acelerar un cambio de gobierno que signifique la plena reincorporación de Venezuela al dispositivo geopolítico estadounidense. Sin embargo, duda si este objetivo podría alcanzarse con una estrategia distinta a la de “máxima presión”.

CHINA CONDENA

Sorpresivamente, China ha sido la que ha dado una respuesta en el ámbito internacional ante la política de reintroducción de sanciones. Normalmente, China se muestra reservada ante situaciones coyunturales y suele utilizar un lenguaje diplomático matizado. Sin embargo, en esta ocasión, Beijing ha respondido de manera explícita al condenar abiertamente la "interferencia externa" en las elecciones venezolanas.

"Respetamos la independencia nacional y soberana de Venezuela, apoyamos a Venezuela en el avance de las elecciones de acuerdo con su constitución y leyes, y nos oponemos a la interferencia externa en los asuntos internos de Venezuela", dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian.

Resulta poco común que el gobierno chino se exprese de manera tan directa sobre los acontecimientos políticos que tienen lugar en los países latinoamericanos.

ENFRENTAMIENTO

China se ha consolidado como una potencia económica global en constante ascenso, una situación que no es aceptada por Estados Unidos, que se siente desplazado de su posición de liderazgo único. Estos países tienen las economías más grandes del mundo, lo que ha desatado una intensa competencia por el dominio económico, el acceso a los mercados y el control de tecnologías clave.

Ante esta nueva realidad mundial, Washington ha reaccionado con una estrategia de confrontación en múltiples frentes. Esto incluye la guerra comercial que comenzó en 2018 bajo la administración de Donald Trump, así como la decisión de armar hasta los dientes a Taiwán y cuestionar el principio de "un solo país", consagrado en acuerdos previos



PETRÓLEO

Venezuela posee inmensas riquezas naturales y las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, lo que genera el interés por acceder a estos recursos tanto de China como de Estados Unidos. Sin embargo, Estados Unidos considera que estas reservas de petróleo, agua, minerales estratégicos y la biodiversidad forman parte de su zona de influencia y no deben quedar sujetas a las dinámicas del libre mercado internacional.

Esta circunstancia ha desencadenado fuertes tensiones, lo que no resulta sorprendente. De hecho, es la comandante del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, quien ha asumido el papel de vocera en el cuestionamiento sistemático de las relaciones comerciales de China con los países de América Latina.

BRASIL

Las críticas formuladas por Brasil y Colombia respecto al desarrollo de las elecciones en Venezuela presentan una perspectiva distinta a la planteada en el editorial del Washington Post. Si se observa con atención, puede verse que se trata de un enfoque diferente a las amenazas de aislamiento o reimposición de sanciones. Esta posición no implica el desconocimiento de los resultados electorales, que incluso podrían ser aceptados por la Casa Blanca, dado que se vislumbra una competencia reñida entre Nicolás Maduro y un candidato de la oposición moderada.

COEXISTENCIA

La decisión de China de pronunciarse claramente a favor de Venezuela frente a las posiciones radicales que existen en Estados Unidos pone de relieve la dimensión geopolítica del conflicto venezolano. Esto nos recuerda que la resolución de la situación no solo depende de un diálogo interno, sino también de una negociación entre Washington y Caracas para establecer un acuerdo de coexistencia pacífica y cooperación entre ambas naciones.

Mientras se siga ignorando esta realidad, será difícil superar la situación actual, más allá del proceso electoral, ya que la dimensión interna y la geopolítica se encuentran completamente entrelazadas.

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