Hay canciones que son perdurables y trascendentales. Esta pieza es una de ellas. Black Magic Woman
EL HECHIZO DE UNA MAGICA MUJER NEGRA
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Simón Petit

Originalmente es de la banda inglesa Fleetwood Mac escrita por el guitarrista Peter Green en 1968. Sin embargo, la versión más conocida es la de Santana grabada en el álbum Abraxas de 1970. En el 2018 Netflix estrenó la serie Chilling Adventures of Sabrina y allí se incluyó en el sound track del capítulo 4 una versión grabada por la banda alemana Vctry convirtiéndose de inmediato en un éxito con otro estilo y que llegó sin complejos a los escuchas de la nueva generación alcanzando el puesto número 7 de ese año en el chart music de Alemania. Vctry es un grupo de estudio conformado por músicos quienes a solicitud de Netflix hicieron este track que fue difundido el 2 de noviembre de 2018.

Pero recuerdo mucho esa canción porque en mis tiempos de liceísta, hubo un acontecimiento que viví y fue propio de la década de 1970. Un grupo de estudiantes en 1976 –comeflores y tragacandela- decidimos tomar las instalaciones del liceo donde estudié en solidaridad con los estudiantes del núcleo de la Universidad del Zulia de Punto Fijo, quienes en ese momento luchaban por una nueva sede, pues no existían las condiciones ideales para las clases por el hacinamiento y la infraestructura donde funcionaban. No sé cuántos días duraría la toma; pero lo cierto es que en las noches hacíamos la guardia para resguardar que nadie entrara al liceo y dañara la instalación para culparnos luego de eso.

Por supuesto, las guardias a lo máximo eran cuatro horas y nos turnábamos. Entonces al terminarla nos íbamos al salón de reuniones de profesores que era el único espacio con aire acondicionado para dormir. Allí teníamos un equipo de sonido y escuchábamos música y con la luz apagada.



Alguien llevó el disco de Santana y lo disfrutábamos en pleno REM. En el fondo, como algo lejano, yo escuchaba Black Magic Woman cuando en la madrugada, casi al amanecer, irrumpieron las fuerzas del Estado para allanar el liceo que formalmente entregamos en horas de la mañana. Afortunadamente, no fuimos presos; pero quedó en mi memoria ese sonido, esa melodía asociada al episodio.

Tiempo después, solía escucharla, pero ahora con una variación hecha por el mismo Santana. Hay que destacar que en el disco de Abraxas ya el guitarrista mexicano había hecho sus modificaciones. La versión de Santana no es una versión original, sino una reelaboración de la canción de Peter Green. Santana cambió el tempo y el estilo, agregó teclados, una descarga de timbales y congas, más ese sonido psicodélico al punteo de la guitarra que en definitiva es el punto más resaltante. La variación que subrayo no es en realidad una variación sino una mezcla. Al finalizar Black Magic Woman, queda el Hammond con una clave que marca la entrada a una canción de Tito Puente, grabada por el Rey del Timbal en 1963, Oye como va. Y ese ha sido, creo yo, el gancho definitivo para hacer de esta pieza híbrida algo inmortal.

"Black Magic Woman" fue lanzada en un momento de agitación social y política en Estados Unidos. El país estaba en medio de la Guerra de Vietnam y la lucha por los derechos civiles. La canción fue interpretada por el movimiento hippie como una metáfora de la situación política del momento. La mujer de la canción representaba a los poderes establecidos, que utilizan la magia negra para controlar a la juventud y enviarlos a la guerra y también una advertencia sobre los peligros del poder y la manipulación. Sin embargo, en una entrevista a Peter Green, dijo que la canción fue inspirada por una mujer que conoció en una fiesta, quien le dijo que usaba magia negra para atraer a los hombres.

En una entrevista de 2016, Santana dijo que "Black Magic Woman" es una canción que le sigue gustando mucho y que nunca deja fuera de su repertorio. Dijo incluso: "Cuando escuché por primera vez 'Black Magic Woman', pensé que era una canción increíble. Me encantó. Sabía que tenía que hacer una versión de ella."
 
Cada vez que puedo la disfruto, tanto así que escribo esta crónica motivado por haberla escuchado en uno de esos programas de música retro en la radio que, por fortuna, todavía existen.


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