Luis Ernesto Fidhel Gonzales
El acuerdo SALT suscrito en Moscú en 1972, consagró el congelamiento en aspectos decisivos del arsenal nuclear, pero ambas potencias nucleares se resistían a la paridad y buscaban superarse mutuamente. Las posibilidades de un progreso en la limitación de armas nucleares, lo evidente era que los EEUU y la URSS estaban “radicalmente incapacitados” para ofrecerse “seguridades mutuas”.
El secretario de Defensa durante el segundo mandato de Richard Nixon (1973-1974), James Schlesinger sostenía lo que denominó “reversión nuclear norteamericana” fundamentada mediante un “impulso demasiado fuerte” a la carrera armamentista, con la intención de sacar ventaja a la Unión Soviética en un estallido bélico. Las armas que permitirían esa ventaja sería un sistema de proyectiles nuevos denominados MARV (Manouvrables Re-entry Vehicles).
SALIDA DE NIXON
Las posibilidades de concluir un nuevo acuerdo SALT que impidiera una nueva etapa de la carrera armamentista; pudiera haber mejorado con la renuncia del presidente Nixon, pues algunos observadores mantenían que “el fracaso” de la reunión en la cumbre, celebrada en Moscú en 1972, se debió a que Nixon tuvo miedo de hacer concesiones que hubieran podido socavar el apoyo político de los conservadores que necesitaba para enfrentar el escándalo Watergate; mientras los soviéticos se mostraban renuentes a negociar con un líder desacreditado, incapaz de controlar al Congreso. La dimisión de Nixon habría despejado el camino para “negociaciones serias”. Acotando que soviéticos como norteamericanos estaban divididos en sus propios países sobre lo que debía entenderse por un “acuerdo razonable”.
Kissinger como secretario de Estado del presidente Ford sentía menos miedo que el secretario de Defensa, James Schlesinger – ambos funcionarios también del expresidente Nixon- que la URSS desarrolle una capacidad de primer golpe; también se inclinaba a pensar que las fuerzas norteamericanas crearon en los soviéticos incertidumbre suficiente para disuadirlos a intentar un ataque.
ESTRATEGIA NUCLEAR
El secretario Schlesinger había adoptado una línea dura en el Congreso y el Kremlin; exigía mayores presupuestos para defensa insistiendo en que la seguridad de Estados Unidos dependía de arsenales nucleares y convencionales al menos tan efectivos como los de la Unión Soviética.
Su estrategia nuclear preveía ataques de represalia contra objetivos militares soviéticos, pero no contra centros de población, para limitar las posibilidades de lo que llamó una “escalada incontrolada” y una “destrucción asegurada” mutua. Aseveraba cuando asumió el cargo de Secretario de Defensa, después de haber conocido a Kissinger durante 40 o 50 años, estuvo en condiciones de compartir con él muchos de sus objetivos estratégicos; estando a favor de la Détente, de una “distensión equilibrada”.
Precisaba que los soviéticos tenían un dominio total en materia de armas convencionales. Los aliados europeos sentían, que, a los pocos días de un hipotético movimiento soviético contra Occidente, la posición occidental colapsaría y se debía recurrir, al uso de armas nucleares. Siendo esa la visión estándar. Hasta ese momento habían tenido gran confianza en la amenaza de represalias nucleares por parte de Estados Unidos.
El crecimiento de la “contra disuasión” soviética básicamente comenzó con la crisis de Cuba -1962- , cuando descubrieron que estaban en desventaja en comparación con los Estados Unidos; impulso que continua y lentamente se fueran fortaleciendo. Así la preocupación norteamericana era que los soviéticos pudieran unir el dominio nuclear estratégico a su dominio ya convencional. Para hacer frente a esto, reforzaron la disuasión convencional pero también cambiaron la doctrina estratégica.
SUPERACION DE LA DISUASIÓN
Sostuvo Schlesinger que la teoría y la práctica de las décadas de 1950 y 1960, habían sido superadas por los acontecimientos, en particular el ascenso de la Unión Soviética a una virtual paridad nuclear con los Estados Unidos y el efecto que este desarrollo tuvo sobre el concepto de “disuasión”. Creía: "la disuasión no es un sustituto de la defensa; las capacidades de defensa, que representan el potencial para un contraataque eficaz, son la condición esencial de la disuasión".
El objetivo principal de era reformar la estrategia nuclear estadounidense basada en la amenaza de represalias masivas para aniquilar a la Unión Soviética en caso de guerra; pero como parecía haber logrado la paridad y la capacidad de responder a cualquier ataque estadounidense, creía que la vieja estrategia fue anticuada. Buscó una política más flexible que evitara una escalada incontrolada mediante el uso de ataques limitados contra instalaciones militares e industriales.
La doctrina de opciones limitadas no era una teoría para fortalecer el proceso de disuasión, sino para conducir una guerra nuclear limitada; pues no funciona solamente antes de la guerra, sino también durante el conflicto, dejando de ser un proceso para evitar la guerra nuclear, para convertirse en un proceso, para dificultar la escalada en una guerra nuclear. Pretende extender el efecto de disuasión termonuclear a crisis limitadas para evitar los fracasos que ya existieron en anteriores crisis.
ROMPIMIENTO SALT
Schlesinger sostuvo que parte de los acuerdos suscritos en la Cumbre Brezhnev- Nixon en Moscú en 1972, eran los principios básicos de convivencia con los EEUU. Esos principios básicos quedaron sustancialmente destrozados con el inicio de la guerra de Oriente Medio en 1973. Los soviéticos apoyaron firmemente a sus “estados clientes”. Lo más importante es que habían estado incitándolos a atacar a Israel. Eso no fue coherente con los principios básicos según los cuales cada parte evitaría aprovechar las circunstancias para mejorar su posición marginal, en este caso en Oriente Medio.
Con respecto a SALT II, la postura negociadora soviética “siempre” fue la de buscar ventajas relativas a los Estados Unidos a pesar de su pleno conocimiento de que socavar la posición estratégica estadounidense tendría consecuencias en términos de la posición soviética en Europa Oriental.
Los soviéticos siempre buscaban obligar retirar las fuerzas de avanzada, a los Estados Unidos al mismo tiempo que retiraban sus propias fuerzas desplegadas en avanzadas hasta dentro de las fronteras de la Unión Soviética. Los EEUU se retiraban a 3.500 millas, los soviéticos se retirarían un par de cientos de millas. Schlesinger manifestaba ser “siempre” un firme partidario del concepto de Détente, pero quería que fuera “equilibrada”.
Sus opiniones fueron profundamente impopulares entre el Congreso y los aliados de Estados Unidos en Europa, quienes pensaban que su propuesta buscaba una crisis nuclear y hacía más probable una guerra total. Como parte de una reestructuración del gabinete, fue despedido por el presidente Gerald Ford a finales de 1975, antes de implementar su política.
DESAFIO DETOCQUEVILLE
Manifestaría que resultaba una ironía que Estados Unidos, siendo una gran democracia con toda su “impulsividad y voluntad” de cambiar repentinamente de rumbo; se convirtió en la principal potencia del mundo. Reflejando lo que “siempre” había llamado “el desafío de DeTocqueville”; quien afirmaba que a las democracias les resulta muy difícil seguir una política exterior coherente; son incapaces de planificar en secreto y preservar esos secretos; carecen de la capacidad durante muchos años para seguir consistentemente la misma política.
Al final de la Guerra Fría, Schlesinger observó que se había superado “el desafío de DeTocqueville”, porque durante más de 40 años se había vigilado el Elba, y eso habría sorprendido a DeTocqueville. No le quedaba claro que los EEUU estarían en condiciones de tener la misma coherencia a la hora de afrontar el principal desafío de esta época, que es el ascenso del islam radical, y de seguir coherentemente una política que lleve a la victoria y supervivencia de Occidente. No le fue claro.