Luis Gilberto Caraballo
Estas tendencias, conocidas como "drivers", son fuerzas impulsoras del cambio que han llevado al desarrollo de una nueva conciencia humana. Desde 1950, la masificación de aparatos electrónicos, y posteriormente la computadora personal y el Internet en los años 80, han acelerado el intercambio de información a nivel mundial, marcando un antes y un después en la manera en que interactuamos.
La tecnología ha propiciado mitos como la ubicuidad y la telepatía a través de innovaciones como la tecnología inalámbrica. La duplicación del conocimiento humano se ha acelerado exponencialmente con la llegada de Internet, lo que ha llevado al fenómeno del "infoglut" o saturación de información. Para manejar esta sobrecarga, son necesarios filtros y buscadores inteligentes que clasifiquen y prioricen la información.
En 1995, el MIT desarrolló escenarios futuros que predijeron la caída de grandes corporaciones y el surgimiento de pequeñas y medianas empresas, una tendencia que ha sucedido parcialmente. Las nuevas necesidades tecnológicas están creando nuevos servicios, especialmente en el campo de la robótica y el desarrollo de capacidades avanzadas en los hogares.
METARED
A partir de los años 90, con la aparición de la Metared y el aumento en la capacidad de procesamiento de los ordenadores, se ha marcado el nacimiento de una nueva conciencia. Esta conciencia se basa en la activación de múltiples capacidades cerebrales que no habían sido necesarias anteriormente. La multitarea tecnológica requiere que el cerebro humano desarrolle nuevas capacidades cognitivas.
El cerebro humano actúa de manera coordinada e integrada, manejando múltiples funcionalidades simultáneamente como imaginar, pensar, asociar, hablar, oír, ver, caminar, oler y escribir. La mente necesita una imagen estable en la conciencia para conformar el pensamiento, gestionando múltiples funcionalidades de manera integrada. La memoria y el recuerdo están compuestos por subconjuntos solapados de recuerdos en tiempos diferentes, implicando una dimensión cuántica en el funcionamiento cerebral.
La jerarquización de la información según su importancia es esencial para construir una imagen final coherente en la conciencia. La representación gráfica de la mente puede visualizarse como dos conos invertidos que permiten ver los tres tiempos lineales: pasado, presente y futuro. El "infoglut" o saturación de información supera la capacidad mental de retención y asimilación.
EL CEREBRO
El cerebro opera en un entorno dinámico, utilizando un multiparalelismo que requiere jerarquizar prioridades entre diferentes estados cuánticos. Esta jerarquización puede formar un árbol dinámico, articulando diferentes estados y sus funcionalidades. Al final de una escena mental, el cerebro necesita un proceso de intercambio y renovación para recibir nueva información.
Proyectos como los desarrollados en Japón trazan metas a 5, 10 y 15 años para desarrollar un cerebro artificial y mejorar la comprensión de memoria, aprendizaje y representación del lenguaje. El desarrollo de chips cuánticos y nuevos materiales a partir de nanotecnología y biotecnología promete grandes avances.
En 10 años, se espera entender mejor los mecanismos detrás de sensaciones, emociones y comportamientos, con aplicaciones en arquitecturas capaces de pensar y máquinas que recuerdan sin organización externa. En 20 años, se espera desarrollar supercomputadoras amigables con la sociedad y robots capaces de incorporar vida intelectual humana.
HARDWARE CUÁNTICO
El hardware cuántico enfrenta desafíos significativos en términos de creación, control y corrección de errores en superposiciones coherentes de estados cuánticos. La Ley de Moore podría ver su fin con el avance de la tecnología cuántica.
El despertar de la conciencia cuántica y el desarrollo paralelo de la tecnología cuántica podrían converger, como se ha visto con el uso de neurochips en pacientes parapléjicos. La tecnología podría superar las capacidades humanas y llevarnos a nuevos mundos desconocidos. La evolución de la conciencia y la tecnología podría ser un proceso híbrido, apoyado tanto en la evolución natural como en la tecnología.
La unificación de diferentes estados cuánticos en un solo estado podría ser similar al proceso de integración de la inteligencia-conciencia. La representación lineal del tiempo, necesaria para la conciencia, puede ser comparada con la unificación cuántica en el vórtice de un condensado de Bose-Einstein.
Finalmente, la imagen del hombre sobre la arena y su sombra representa la conexión entre el yo y el no-yo, entre el camino y la realidad. Las huellas en la arena simbolizan la intersección entre la sombra y el hombre, entre la conciencia y la realidad. Este ensayo nos lleva a reflexionar sobre cómo las transformaciones tecnológicas están llevando al ser humano hacia un nuevo estado de conciencia y capacidad cognitiva, impulsado por la interacción y la complejidad del entorno tecnológico.