Theodore Schleifer
En casi todas las reuniones que el presidente electo Donald Trump sostiene en Mar-a-Lago, junto a él hay alguien que no ha sido elegido ni nominado para nada y que, solo hace unos meses, no tenía ninguna relación significativa con él.
ELON MUSK
La persona más rica del mundo ha ascendido a una posición de extraordinaria influencia no oficial en el proceso de transición de Trump, desempeñando un papel que le convierte indiscutiblemente en el particular más poderoso de Estados Unidos. Se ha sentado en casi todas las entrevistas de trabajo con el equipo de Trump y ha estrechado lazos con la familia del presidente electo, y está tratando de instalar a sus amigos de Silicon Valley en puestos privilegiados en el próximo gobierno.
Musk ha asumido un aura casi mítica en el círculo íntimo de Trump. En Mar-a-Lago, una noche reciente, entró en el comedor unos 30 minutos después de que lo hiciera el presidente electo y recibió una ovación similar, según dos personas que lo vieron entrar.
Musk, a menudo con su hijo X, de 4 años, en el regazo, ha pasado la mayor parte de la última semana en Mar-a-Lago, participando no solo en entrevistas, sino en casi todas las reuniones y muchas comidas que ha celebrado Trump. Volvió brevemente a Austin, Texas, donde
tiene un complejo de 35 millones de dólares, antes de regresar el viernes, cuando comió en el comedor y en el patio de Mar-a-Lago, recorrió la tienda de regalos y pasó tiempo en el campo de golf, todo ello junto al presidente electo.
“¡Estoy feliz de ser el primer amigo!”, respondió a un seguidor de redes sociales este fin de semana.
Este artículo se basa en una decena de entrevistas con donantes republicanos, políticos y amigos de Musk, muchos de los cuales insistieron en mantener el anonimato para hablar de conversaciones privadas.
Públicamente, solo en la primera semana de la transición, Musk ha respaldado al senador por Florida Rick Scott para que sea el próximo líder de la mayoría del Senado, instó a los senadores republicanos a apoyar los nombramientos de Trump, sugirió que todos los empleados del gobierno deberían enviar un
“correo electrónico semanal de logros”, pidió el cierre del Departamento de Educación, solicitó recomendaciones para nuevos roles en la administración que él podría aportar a Trump, se preguntó si Canadá estaba “muriendo” y publicó muchos memes con temas de Trump.
Tras bastidores, el comportamiento de Musk ha sido mucho más directo de lo que esperaban incluso algunos de sus aliados. Su papel, a ojos de algunos ayudantes de Trump, supera incluso al de Howard Lutnick y Linda E. McMahon, los dos líderes
formalmente designados para la transición de Trump.
Se ha sentado en llamadas con líderes extranjeros, incluidos el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y planea reunirse en persona esta semana con el presidente de Argentina, Javier Milei, cuando este último visite Mar-a-Lago. Musk también ha asistido al menos a una reunión de seguridad nacional con Trump junto a personas como Stephen Miller, un alto asesor, y Donald Trump Jr., según una persona informada de la reunión.
El miércoles,
se espera que Musk acompañe a Trump a una reunión con los republicanos de la Cámara de Representantes en el Capitolio, según una persona cercana al presidente electo. Musk viajará a Washington en el avión de Trump, dijo la persona.
Musk no suele presentar nuevos nombres para puestos específicos, según personas familiarizadas con el proceso, y generalmente solo evalúa a personas que el equipo de transición de Trump ya está considerando.
Musk también mantiene una buena relación con Brendan Carr, comisionado de la Comisión Federal de Comunicaciones, quien es considerado como favorito para ser el próximo presidente del organismo. El multimillonario ha expresado recientemente su apoyo a Carr en conversaciones privadas en Mar-a-Lago.
Karoline Leavitt, portavoz de Trump, dijo al New York Times que Musk y Trump eran “grandes amigos y líderes brillantes que trabajaban juntos para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”.
A nivel personal, Trump parece estar prendado de Musk, adoptándolo como un cuasi miembro de la familia. Una fotografía publicada en redes sociales por Tiffany Trump, la hija menor de Trump, mostraba a toda la familia, nietos incluidos, en Mar-a-Lago con el mensaje “¡Papá, estamos muy orgullosos de ti!”.
De forma muy llamativa, Musk estaba de pie entre ellos, sosteniendo a su hijo X.
“Elon, sal en la foto con tu hijo”, le dijo Trump, según un video del momento publicado en internet. “Tenemos que tomar a Elon con su hijo: su hermoso y perfecto hijo”.
El domingo, el nieto mayor de Trump, Kai Trump, lo dijo un poco más claro con una foto desde el campo de golf: “Elon alcanzando el estatus de tío”.
LA INFLUENCIA DEL MUNDO
Musk no está en Mar-a-Lago con un gran séquito, solo su hijo X, una niñera y algo de seguridad. Pero su ascenso ha supuesto una mayor influencia en el incipiente gobierno republicano por parte de un grupo de figuras de Silicon Valley cercanas al multimillonario.
En el último año, Trump ha cultivado a miembros del mundo tecnológico de derecha al adoptar posturas favorables para la tecnología en materia de criptomonedas, inteligencia artificial y la legislación antimonopolio de las grandes empresas tecnológicas. Pero al mismo tiempo, su vicepresidente electo, el senador JD Vance, de Ohio, ha sido partidario de Lina Khan, presidenta de la Comisión Federal de Comercio y
blanco de algunos conservadores, incluido Musk.
Musk ha dicho que está reclutando al “mejor equipo” del sector privado para ayudar a reformar el gobierno, y que se asegurará de que “revolucionarios maniaticamente dedicados al gobierno pequeño se unan a esta administración”. No está claro cómo estos otros ejecutivos tecnológicos y el propio Musk, cuya empresa de cohetes SpaceX tiene contratos federales, evitarán conflictos de intereses mientras trabajan con el nuevo gobierno.
Musk ha recomendado a dos compañeros ejecutivos de SpaceX, el general Terrence J. O’Shaughnessy y Tim Hughes, para puestos en el gobierno,
reportó el Times.
También ha propuesto a otros amigos y socios para puestos, o al menos les ha allanado el camino para que tengan cierta influencia.
Joe Lonsdale, un inversor tecnológico cercano a Musk, no tiene previsto desempeñar un papel formal en la transición de Trump, según una persona informada al respecto, y ha dicho públicamente que no quiere unirse al gobierno “a tiempo completo”, sino que preferiría desempeñar un papel de asesor a tiempo parcial.
Otro amigo de Musk, Ken Howery, fue embajador en Suecia durante el primer gobierno de Trump, y ha dicho a otros que está interesado en otro puesto diplomático. Otra persona que podría tener cierta influencia es Marc Andreessen, un destacado inversor tecnológico que, al igual que Musk y Howery, pasó la noche electoral en Mar-a-Lago.
Musk también ha animado a Palmer Luckey, cofundador de la empresa emergente de tecnología militar Anduril, a ayudar de algún modo al gobierno, diciendo en X que era “muy importante” que “empresas emprendedoras como la suya” participaran. Luckey dijo en una entrevista televisiva que había hablado con el equipo de transición de Trump sobre cómo podría ayudar.
El amigo de Musk que actualmente parece tener la influencia más directa es David Sacks, un excolega de sus años en PayPal.
Sacks, quien organizó un evento de recaudación de fondos para Trump en San Francisco en junio, ha desarrollado una línea directa de comunicación telefónica con el presidente electo. Sacks, quien se tomó una foto con Musk y Trump la noche de las elecciones y pasó gran parte de la velada cerca del candidato, ha presionado públicamente para que Robert F. Kennedy Jr. ocupe un puesto en el gobierno.
Sacks, un inversionista de capital de riesgo, les ha dicho a sus amigos desde el día de las elecciones que, dado que dirige un fondo activo, no le resultaría práctico desempeñar un papel más formal en el gobierno. Pero él, al igual que Musk, ayudó a hundir la idea de que neoconservadores como Pompeo ganaran puestos en la administración.
LA CONEXIÓN CON PETER THIEL
En cierto modo, Musk está repitiendo —y ampliando— el papel que otro multimillonario de la tecnología, Peter Thiel, desempeñó formalmente en el equipo de transición de Trump en 2016. Desde entonces, Thiel se ha enemistado con Trump, pero ha transmitido posibles nombres a los líderes de la transición.
Otras figuras que tienen vínculos con Thiel también están en la mira.
Blake Masters, excandidato al Senado de Arizona y principal asistente de Thiel durante mucho tiempo, habló con funcionarios de la transición sobre un posible papel e hizo recomendaciones de otros candidatos, según una persona con conocimiento del asunto. Otro antiguo asesor de Thiel, Jim O’Neill, dijo a sus amigos que está interesado en un puesto relacionado con la salud, dijeron dos personas. Y otro ex alto asesor de Thiel, Michael Kratsios, fue director de tecnología en el primer gobierno de Trump y recientemente fue contratado para ayudar a supervisar la cartera de políticas tecnológicas de la transición. También está interesado en unirse al gobierno, según una persona que ha hablado con él.
Por su parte, Thiel debería estar en la cima tras el ascenso de Vance, su antiguo protegido. Pero a pesar de su relación, el ambiente en su fiesta de la noche de las elecciones la semana pasada en Los Ángeles era relativamente tranquilo, según las personas que estuvieron allí, aunque comenzó en horario de la Costa Oeste y se desarrolló con el resultado de la noche prácticamente claro.
Thiel, como Musk, es fanático de los trucos publicitarios y las fiestas lujosas y rindió homenaje a la campaña que estaba terminando. Los camareros lucieron pelucas de Trump y la comida recordaba a una de
las sesiones fotográficas de la campaña de Trump: McDonald’s.
The New York Times