Juan Francisco Villarroel Thula
A dos semanas de la victoria, pero con los resultados definitivos aún siendo tabulados, podemos empezar a estudiar y sacar conclusiones de lo que esto significa para los partidos políticos de Estados Unidos de ahora en adelante. En primer lugar, la victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris tanto en el Colegio Electoral como en el Voto Popular. Revisando los resultados podemos ver que Trump ganó 74.686.551 votos que es muy similar a los 74.223.975 que ganó en 2020 cuando perdió la elección, mientras que Harris solo ganó 70.964.692 comparados con los 81.283.501 que Joe Biden obtuvo en la elección anterior.
De lo anterior se puede interpretar que Trump no se volvió mucho más popular en los últimos 4 años, pero que al menos 10 millones de personas no votaron por Kamala Harris por varios motivos entre los que podemos nombrar:
- El sentimiento en la población general ya que la situación económica no es buena;
- Las constantes crisis en la frontera con México;
- Las acciones (o falta de acción) de la administración Biden con respecto al conflicto Israel-Palestina;
- El deterioro de salud del Presidente.
Todos estos factores y muchos otros han llevado a que la administración Biden, de la cual Kamala Harris es parte primordial, tenga una connotación negativa de entrada en el proceso electoral. Sin embargo, todo ello podría haber sido minimizado si la directiva del partido hubiera abierto primarias para sustituir a Biden como candidato, ofreciendo una opción fuera de la administración que pudiera (al menos en teoría) energizar a la base del partido a salir a votar. Esta idea se ve demostrada en los mismos resultados de la elección donde demócratas ganaron las elecciones para senador en Arizona, Nevada, Michigan y Wisconsin, y la de gobernador en Carolina del Norte, todos estados clave que fueron ganados por Trump.
Por desgracia para los demócratas, la administración Biden insistió en ir por la reelección a pesar de los malos presagios y una caída estrepitosa en las encuestas, e incluso después de que se hizo evidente que Biden no podía continuar como candidato, se mantuvo continuidad con Harris siendo la vicepresidente, está haciendo poco o nada para distanciarse del presidente Biden. Adicionalmente a la disfuncionalidad de la directiva demócrata, el ahora presidente electo Donald Trump aprovechó en su campaña para distanciarse de los elementos más conservadores de su coalición, los cuales el partido demócrata usaba para atacarlo y son bastante impopulares con el público general.
LOS TEMAS
Primero está el tema del aborto, donde Trump mantuvo su postura de que es un tema a ser decidido por los estados a pesar del llamado de la facción ultraconservadora de prohibirlo a nivel nacional. Esto resultó ser una decisión sabia ya que, desde la anulación de Roe vs Wade por la Corte Suprema en 2022, la población de varios estados controlados por los republicanos ha votado por medidas electorales e incluso enmiendas a las constituciones de dichos estados donde legalizan el aborto o anulan leyes que lo prohibían, esto incluía los estados de Arizona y Nevada en la elección de 2024. Otro distanciamiento estratégico del presidente electo Trump fue con el Think Tank “The Heritage Foundation”, y su controversial “Proyecto 2025”, el cual ha sido fundamental en forjar la política republicana desde la Administración de Reagan, prefiriendo en su lugar al America First Policy Institute (AFPI) el cual fue fundado por exmiembros de la administración Trump en 2021. El AFPI a pesar de seguir siendo conservador y controversial en algunas de sus políticas, ofrece una visión mucho menos extrema y aceptable para el público americano.
Esta estrategia fue importante ya que podemos observar por los resultados que el Partido Republicano y sus políticas normales no son populares con el público americano. Trump, usando su carisma, ha preferido concentrarse en ofrecer una visión diferente e inspiracional al público, cosa que los candidatos demócratas han fallado en proveer desde Obama en 2008 y 2012.
En resumen, los resultados de la elección nos han demostrado los siguientes puntos para los partidos políticos:
- Los Partidos Republicano y Demócrata tienen que seguir el ejemplo de Trump y alinear sus políticas hacia las necesidades y deseos del público general y no enfrascarse exclusivamente en ideología.
- El Partido Demócrata necesita ofrecer al público algo aparte de políticas, necesita mezclarlas con una visión inspiracional y candidatos carismáticos.
Ambos partidos necesitan organizarse y reformular sus estrategias y el que no evolucione para enfrentar los desafíos del mañana corre el riesgo de ser dejado en el polvo del tiempo. Solo queda esperar y ver si aprenderán las lecciones correctas o cometerán los mismos errores que los han llevado a este momento en la historia.