Hernán Quiroz Plaza
El 2004 habrá sido, quizás, el año más loco e insólito en la historia moderna del fútbol. El Porto de José Mourinho levantaba la primera Champions League de su historia. Lo mismo pasaba con Once Caldas, de este lado del Océano Atlántico, con su heroica conquista de la Copa Libertadores ante Boca. Y qué decir de Grecia, que dio el gran golpe en la Eurocopa, contra rivales de la talla de Portugal, Francia y España. Y, a pocos meses del 2005, otro hecho trascendental marcaría por siempre el devenir del deporte: el debut de Lionel Messi. El 16 de octubre de 2004, en el minuto 82 de una victoria por 1-0 contra Espanyol, el entrenador de Barcelona, Frank Rijkaard, hizo un cambio. Salió Deco, el único goleador del partido, y entró un argentino de 17 años llamado Lionel Messi. Adquirido de Newell's Old Boys con sólo 13 años y baja estatura, el intenso adolescente de pelo desgreñado no hizo gran cosa en sus ocho minutos en el campo de juego. De hecho, en 2004-05 seguiría jugando principalmente en el filial de Barcelona y no marcaría su primer gol con el equipo mayor hasta el mes de mayo siguiente. Pero esos ocho minutos fueron el punto de partida de todo lo que vino después.
-Dígame sinceramente si cree que Messi puede jugar en Inglaterra o en una liga de primer nivel. Si pudiera jugar ahí yo le acepto que podría llegar a ser el mejor del mundo, pero está en la MLS…-, preguntan en los pasillos futboleros. La respuesta es sencilla: si juega Modric en el Real Madrid con 39 años, ¿por qué no podría hacerlo Messi, que es infinitamente superior…? Si Jamie Vardy es un ídolo en Inglaterra actuando en el Leicester con 37 primaveras… Si destaca y hace goles Lewandowski en el Barcelona con 36 vueltas al sol, ¿por qué no…? Si Vinicius, que perdió 18 balones contra Costa Rica y 17 frente a Paraguay, lo promocionaron para el Balón de Oro, ¿por qué en Europa no va a poder estar Messi, que no pierde una pelota…?
HAY MÁS
Mac Allister es superfigura en el Liverpool, Enzo Fernández pasó al Chelsea en 121 millones de euros, Lautaro Martínez es la estrella del fútbol italiano, el Atlético de Madrid pagó a Julián Álvarez a precio de crack: 75 M€ más 20 en variables. Muy buenos, sí, pero cuando se juntan en la selección albiceleste son todos actores de reparto al lado de Messi. Le sirven el café. El genio les pone la pelota servida para que anoten, los hace jugar, les da la idea de cómo afrontar los torneos y ganar títulos. Messi juega en la MLS por una elección de vida, no porque el fútbol lo empujó a esa orilla.
PRIMERA DIVISIÓN
Al cumplirse veinte años de su debut en Primera División (16 de octubre), Leo marcó tres goles a Bolivia, que casi fueron cuatro, porque el majestuoso arquero Viscarra le sacó un tiro libre que se metía en un ángulo. Y dio dos asistencias asombrosas. Esas de “tomá, pibe, hacete un gol”. Fue una actuación lujosa, de asombro, tocó 82 veces la pelota, siempre con su inteligencia para armar juego y sus pases geométricos, ni cortos ni largos, ni lentos ni rápidos: simplemente notables. Y nunca para atrás.
-Pero ante Bolivia… -Mirá, Bolivia llegaba de ganarle a Colombia, que es una de las dos mejores selecciones de América en este momento. Le ganó jugando 82 minutos con diez hombres. Y le hizo el gol estando ya con diez. Y atención, que Colombia hizo un desgaste físico espectacular en El Alto. Le ganó porque le ganó, no por la altura.
MÁS
Los nueve rivales sudamericanos enfrentaron a Bolivia en la presente Eliminatoria. Ningún otro jugador le marcó tres goles. ¿Por qué no le hicieron tres Julián Álvarez o Lautaro Martínez…? Esto nos recuerda una anécdota agradable de Roberto Recalt, presidente de Nacional de Montevideo, en 1990. Cayó en sus manos una revista “Sólo Fútbol”, de Buenos Aires, dedicada a los certámenes del ascenso. En ella advirtió que un tal Julio César Dely Valdés llevaba anotados 36 goles en Deportivo Paraguayo, pequeño club de la Primera “D”. Lo comentó con otros dirigentes: “¿Por qué no lo traemos…?, debe ser barato”. Alguien le respondió: “Hizo 36 goles, sí, pero en Primera D…” Recalt respondió con una lógica devastadora: “Y si fuera tan fácil, ¿por qué no los hicieron otros…?” A Recalt se lo acusó de comprar un jugador “por catálogo”. Pero el panameño tuvo un paso sensacional por Nacional, que lo adquirió en 10.000 dólares y lo vendió en cien veces más. Luego triunfó en Europa. Por si acaso, Messi es el goleador de la actual Eliminatoria y de todo el historial de las Eliminatorias Sudamericanas.
-Pero juega en la MLS…-, insisten los amantes del futbol. Opta Sports, la empresa británica de análisis deportivo líder del mundo acaba de hacer la lista de “Las ligas más fuertes del mundo”. Ubica a la MLS novena. Este es el ránking: 1) Premier League, 2) Serie A italiana, 3) Bundesliga, 4) Liga Española, 5) Francia, 6) el Brasileirão, 7) Portugal, 8) liga Belga, 9) la MLS, 10) la Segunda División Inglesa, 11) la Liga Profesional Argentina. El otro torneo americano entre los 20 primeros es México, en el puesto 14. Dice Opta: “La MLS es la segunda liga no europea entre las 10 competiciones de primer nivel mejor valoradas. El ascenso de la MLS es fantástico, el año pasado fue del puesto 29 al 10 en el fútbol mundial, superando a su rival regional, México”. Con Messi estamos frente a un fenómeno de longevidad y vigencia nunca visto en el máximo nivel. No se trata de ser viejo y jugar, sino de jugar así siendo viejo. Y de estos veinte años, 19 en la cumbre total. Hace apenas un año llegó a Estados Unidos.
-Ah, sí… ¿Y Pelé qué…?-. Antes de contestar hay que ponerse de pie. Siempre que se pronuncia la palabra Pelé lo hago. Edson fue el futbolista perfecto, todos fuimos sus súbditos. Pelé se retiró del Santos -y del fútbol- el 2 de octubre de 1974, antes de cumplir los 35 años y luego de 17 temporadas en el club brasileño. Aunque estaba en actividad y tenía 33, no fue tenido en cuenta para el Mundial ’74. Casi nueve meses después del adiós, por malos negocios y cercano a la bancarrota, aceptó una oferta del Cosmos de Nueva York y volvió al fútbol, jugando dos años en un torneo norteamericano que acababa de crearse y que luego desaparecería. Ya no era el mismo O Rei, pero causó sensación su figura. No obstante, su etapa realmente competitiva fue la del Santos.
Después de una Copa América a la que asistió tocado y luego de la fea lesión del tobillo ante Colombia, Leo está bien físicamente y más genial que nunca, más sabio, rápido mentalmente. Sigue siendo por mucho el mejor jugador del mundo, no por sus 846 goles y sus 378 asistencias, que son bastantes, los goles son lo menos importante de su repertorio. Cuentan su talento, su visión extraordinaria del juego, sus pases mágicos, sus asistencias, su gambeta única. Nadie compite con él en esos ítems. Pero para quien gusta de números, vayan estos: le acaba de sacar 501 goles de ventaja a Maradona. Y 80 en selección. También suma 34 títulos más que Diego.
-Pero no juega en la élite…Messi es actualmente bicampeón de América y campeón del mundo, es la estrella de la selección número uno del Ránking Mundial. ¿Eso no es la élite…? Con un aditamento: fue el mejor jugador de la Copa América 2021 y del Mundial 2022. ¿Hay alguna otra élite…?
Al día siguiente del triplete a Bolivia, en una gala desarrollada en Miami, el director del diario Marca, que es de Madrid, no de Argentina, le entregó a Messi un trofeo especial como “
El jugador con más títulos en la historia del fútbol”. Son 46 colectivos y 57 trofeos individuales, entre ellos 8 Balones de Oro, 10 ligas de España, 8 Pichichis, 6 Botas de Oro… Muy simbólico por tratarse Marca de un medio muy allegado al madridismo. Y le dedicó la portada con el trofeo y un título gigante: “Inalcanzable”.
“A la edad de Messi, Maradona estaba liquidado. Y cercano a los 30, Ronaldinho era un exfutbolista” -dice Ricardo Vasconcellos, brillante comunicador ecuatoriano-. “Contra Bolivia hizo un partido antológico, lo mejor que se lleva visto en esta Eliminatoria. Tiene dos cosas que no envejecen: la técnica excelsa y su genialidad. Ojalá estemos ante un caso de longevidad a lo Stanley Matthews”, concluye.
Recuperado físicamente, estamos viendo al Leo de siempre. Desde luego, ya no es el “chamo” de los diecinueve años, pero sigue deleitando y con la ambición de sumar logros en equipo. Ya le han hecho un plan físico y dietético para que llegue al Mundial 2026. El Messi de hoy a diferencia de aquel adolescente tímido que debutó en 2004, es una leyenda viviente.