Los resultados de la reciente elección presidencial, como era previsible, se inscriben en un cuadro de severa conflictividad política
POST 28-J: RECONTEO, ATAQUES, PROTESTAS
      A-    A    A+


Carlos Roque

A tres semanas de la consulta presidencial, la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia realiza la revisión de las actas de votación consignadas por el CNE sobre el acto comicial del 28 de julio, impugnadas por la Plataforma Unitaria, y que concede la victoria para la reelección a Nicolás Maduro con 51,95 % de los votos escrutados frente al aspirante opositor Edmundo González Urrutia de la PU con 43,18 % de los sufragios. En paralelo, la candidata inhabilitada de “Vente Venezuela” María Corina Machado y que cedió su lugar a González, anunció una aplastante victoria de éste con 67% ante Maduro con 30% ,según la recopilación de las actas del 80% de los centros de votación .

Machado resultó ganadora de la elección primaria celebrada el 23 de octubre de 2023 por un sector de la oposición sin la asistencia técnica del CNE como en el pasado; y posteriormente fue ratificada por la Contraloría General de la República su inhabilitación política desde 2015 hasta 2030. Su vacante pese a no haber competido en la escogencia primaria fue llenada mediante acuerdo de los partidos de la PU por el diplomático Edmundo González Urrutia, quién se negó a suscribir junto a los demás candidatos presidenciales ante el CNE su reconocimiento a los resultados del 28-J, y posteriormente a presentar ante el TSJ, las actas que demostrarían su reciente victoria.

De esta manera se replantea el escenario del gobierno paralelo, que dese 2019 al 2023 encabezó el diputado de “Voluntad Popular” Juan Guaidó con apoyo directo de Estados Unidos, la Unión Europea y el “Grupo de Lima” de países latinoamericanos.

CIBERGUERRA

El domingo 28 de julio la estructura tecnológica del Consejo Nacional Electoral sufrió un ataque cibernético que complicó el conteo de las actas de votación, pero que sería el comienzo en Venezuela y en América Latina de la nueva e impredecible “ciberguerra”, que según la ministra de Ciencia y Tecnología Gabriela Jiménez, “no ha cesado desde las elecciones presidenciales; desde ese día básicamente todas las instituciones del país han estado bajo ataque, incluida la Presidencia de la República, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y CANTV, entre otros.”. La funcionaria explicó que 25 instituciones han sido afectadas y que 40 más se encuentran investigadas en este momento.

El propio Presidente Maduro ha confesado ser víctima de la guerra cibernética, ha ordenado la creación de un organismo técnico para responder a la ofensiva y señalado al multimillonario Elon Musk de encabezar la operación masiva de ciberataques contra Venezuela que ahora sustituyen las famosas incursiones y los bombardeos aéreos del pasado.



LA VIOLENCIA

La etapa post 28-J , no podía estar exenta de la violencia que ha caracterizado las protestas políticas y sociales de los últimos años, sobre todo con la presencia de las conocidas “guarimbas”. En este caso durante tres días en todo el país y no en la plazas emblemáticas caraqueñas, se registraron ataques puntuales a sitios públicos, oficinas gubernamentales y el derribo de estatuas de Hugo Chávez y también inexplicablemente del santo de los pobres José Gregorio Hernández.

Todo indica, que la consulta electoral antes que diluir tensiones y abrir cauce a la conciliación y los acuerdos como se esperaba, ha estimulado una confrontación que si bien se ubica en el país guarda relación cada vez más directa con los cambios y conflictos del actual viraje geopolítico.


EEUU EVALÚA ESTRATEGIAS

Leopoldo Puchi


En una entrega anterior, examinamos los resultados de la estrategia de Washington para Venezuela, conocida como la "estrategia de engatusamiento". Tras las elecciones del 28 de julio, y sin que Washington hubiese logrado hasta el momento su objetivo de un cambio de gobierno, es previsible que Estados Unidos diseñe una nueva política para intentar reincorporar a Venezuela a su esfera de influencia. Luego de una etapa concluida, es el momento en que los diversos actores se vuelcan a la reelaboración de estrategias.

En el mundo interconectado de hoy, donde las decisiones locales tienen repercusiones globales, los rediseños estratégicos no solo afectarán a Venezuela, sino también al equilibrio de poder en toda la región. La interrogante es cuál será la nueva estrategia de Washington y qué viabilidad tendrá en el contexto interno de Venezuela y en un entorno geopolítico cada vez más multipolar y conflictivo.

POR EL MOMENTO

Según un reportaje de Reuters, Estados Unidos y otros países occidentales están mostrando pocas señales de tomar medidas rápidas. La mayoría de estos gobiernos han pedido una verificación de los resultados, pero una decisión sobre el asunto o la del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pudiera tomar tiempo. Por el momento, Estados Unidos ha reconocido a González como ganador, pero no lo ha llamado presidente electo. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional dijo a Reuters que Washington está evaluando lo que Maduro y sus representantes harán o no harán a continuación y "responderá en consecuencia".



Esta actitud de espera refleja un temor a repetir los errores de políticas anteriores. También existe la inquietud, señalada por el excanciller brasileño Celso Amorim, de que en los procesos electorales de otros países se intente validar resultados no emitidos oficialmente. Esto ha motivado un estudio detenido de una estrategia que sea sostenible.

NEGOCIACIONES

En lo inmediato, hay que considerar que en noviembre se celebran las elecciones presidenciales en Estados Unidos, lo que pone a la administración Biden bajo presión. Kamala Harris, la candidata demócrata, necesitará ofrecer respuestas convincentes frente a su rival, Donald Trump, que resuenen en las franjas del electorado sensible a la situación venezolana y a las narrativas más radicales difundidas.

Una respuesta que se ha considerado es la creación de una mesa de negociaciones entre los sectores internos en disputa en Venezuela, que pueda ser presentada como un logro en política exterior por la administración Biden. Con este propósito, la Casa Blanca ha gestionado que Antonio Guterres, secretario general de la ONU, actúe como mediador. También está abierta la posibilidad de que el gobierno de Catar facilite la mediación entre Washington y Caracas y se inicie un nuevo ciclo de negociaciones en Doha.

 

ESTRATEGIAS

Al pasar esta etapa de búsqueda de negociaciones, que podría ser corta o prolongarse hasta enero de 2025, es previsible que Estados Unidos implemente una nueva estrategia hacia Venezuela para alcanzar sus objetivos geopolíticos. Sin embargo, no hay información suficiente para saber con certeza cuál será exactamente esta estrategia, por lo que solo pueden elaborarse escenarios aproximados.
 
Dentro del abanico de opciones disponibles para Washington, a grandes rasgos, se pueden considerar las siguientes políticas: 1) Mantener el esquema actual de relaciones con Venezuela, aunque inicialmente se suspendan algunas licencias y se incremente el tono y la retórica, en busca de un acuerdo a mediano plazo de convivencia interna y de coexistencia entre los dos países; 2) Adoptar una estrategia para acelerar los acontecimientos, lo que requeriría endurecimiento de las sanciones y un aislamiento diplomático con el fin de incrementar la conflictividad interna y facilitar la captación de oficiales de las fuerzas armadas para intentar un derrocamiento.

DINÁMICAS

No parece viable que Washington repita la estrategia de Trump de crear una presidencia paralela, como ocurrió después de la reelección de Maduro en 2018. Un acorralamiento a Venezuela podría no solo llevar a un acuerdo de importancia con los BRICS, sino también a la firma de una alianza estratégica con Rusia de mayor envergadura que la actual.
 
Para formular su estrategia, se estima que la administración Biden equilibrará cuidadosamente sus acciones y considerará tanto las dinámicas internas de Venezuela como las implicaciones geopolíticas más amplias y su propio panorama político doméstico. Por lo tanto, es más probable que Washington opte por mantener un esquema de relaciones similar al que existe en la actualidad. Todo dependerá de qué sector de la política estadounidense prevalezca.

A LA ORDEN, COMANDANTE….!!

Vladimir Padrino López egresa de la Academia Militar de Venezuela el 5 de julio de 1984 con la Promoción “General de Brigada Juan Gómez Mireles”. En 1995 asiste al curso de “Operaciones Psicológicas en la Escuela de Las Américas en Fort Benning., Estados Unidos. Como Comandante del Batallón de Ingeniería Simón Bolívar en Fuerte Tiuna se mantiene fiel a Hugo Chávez en los sucesos de 2002. El 24 de octubre de 2014 es nombrado como Ministro de la Defensa por Nicolás Maduro y le ha correspondido enfrentar en diez años situaciones graves, como intentos de golpes de estado, y magnicidio; invasiones armadas como “Operación Gedeón” y la frustrada incursión con apoyo internacional desde Cúcuta, entre otras. Recientemente fue ratificado como Ministro del Poder Popular para la Defensa.


Ver más artículos de Carlos Roque en