Los reportajes de Bernstein y Woodword sobre el Watergate se iniciaron en base a su financiamiento
HACE 50 AÑOS: LA RUTA DEL DINERO
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Luis Ernesto Fidhel Gonzalez

Descifrar el origen de los fondos destinados para realizar la operación Watergate, se descubrió que fue promovida por funcionarios de alto rango de la administración Nixon. Asumido por el gobierno inicialmente como un robo a la sede nacional del Partido Demócrata; sin embargo, los indicios hallados a los “plomeros” como equipos fotográficos, grabación y escuchas telefónicas hicieron sospechar que había algo más. El Editor del The Washington Post Ben Brandlee confirma la hipótesis de trabajo periodístico:“¿De dónde sacaron todo ese dinero los ladrones?”, el periodista Carl Bernstein se encargaría de trazar la ruta del dinero.



INICIO

La investigación se iniciaría cuando se encontró en una de las agendas de los “plomeros” el nombre H. Hunt [por Howard Hunt], al lado de un teléfono de la Casa Blanca [W.H.]. Woodward discó y preguntó por Hunt. Lo interesante, es que el número no estaba equivocado, sino que no se encontraba allí ofreciéndole un número para ubicarlo. Le llamó y le pregunto: “¿Qué está haciendo su nombre en la agenda del ladrón?”. Hunt cortó. Asevera Brandlee. Hunt fue recomendado a trabajar en la Casa Blanca por Charles Colson quien fue uno de los principales asesores del presidente Nixon y formaba parte del Comité de Reelección presidencial.



CHEQUE


Bernstein y Woodward en un reportaje, aseveran que en abril (1972) se depositó un cheque de caja por valor de 25.000 dólares, aparentemente destinado a la campaña de reelección del presidente Nixon, en una cuenta bancaria de uno de los cinco hombres arrestados en el allanamiento de la sede Nacional Demócrata el 17 de junio de 1972.



Había sido extendido por un banco de Florida a nombre de Kenneth H. Dahlberg, presidente de finanzas de campaña de Nixon para el Medio Oeste. Dahlberg afirmó que a principios de abril se había entregado el cheque al "tesorero del Comité (para la reelección del presidente) o al propio Maurice Stans”; este afirmaba que no tuvo "la más vaga idea" de cómo llegó el cheque a la cuenta bancaria de la empresa de bienes raíces propiedad de Bernard L. Barker, uno de los plomeros del Watergate.

Según el testimonio judicial de los fiscales del gobierno, la cuenta bancaria de Barker en la que se depositaron los 25.000 dólares, fue la misma cuenta en la que retiró más tarde una gran cantidad de billetes de cien dólares. Aproximadamente 53 de estos billetes de 100 dólares fueron encontrados en manos de los cinco plomeros después de que fueron arrestados en Watergate.



PLOMEROS

Después de los arrestos, se supo que uno de los “plomeros”, James W. McCord Jr., ex agente del FBI y de la CIA, fue jefe de seguridad del comité Nixon y consultor de seguridad del Comité Nacional Republicano. Fue inmediatamente despedido de ambos puestos.



El ex presidente nacional demócrata Lawrence F. O'Brien presentó una demanda civil por valor de un millón de dólares contra el Comité Nixon y los cinco sospechosos, acusando que el allanamiento y el presunto intento de escuchas violaban los derechos constitucionales de todos los demócratas. Afirmaba se estaba desarrollando “una línea clara hacia la Casa Blanca y enfatizó sobre la “potencial participación” de Charles Colson. El jefe del Comité, John Mitchell, negó repetida y categóricamente cualquier participación o conocimiento del incidente de allanamiento.



JOHN N. MITCHELL

En el reportaje del 17 de diciembre, aseveraban que los fondos para la operación Watergate, calificada de espionaje era controlado por varios asistentes principales de John N. Mitchell, ex director de campaña del presidente Nixon, y se guardaban en una cuenta especial en el Comité para la Reelección del Presidente.
Renunció como director de campaña del presidente el 1° de julio, porque su esposa, insistió que abandonara la política.

Mientras se desempeñó como Fiscal General de Estados Unidos, controlaba personalmente un fondo republicano secreto que se utilizaba para recopilar información sobre los demócratas, según fuentes involucradas en la investigación de Watergate. A partir de la primavera de 1971, casi un año antes de dejar el Departamento de Justicia para convertirse en director de campaña del presidente Nixon el 1 de marzo, aprobó personalmente los retiros del fondo, según varias fuentes confiables al The Washington Post. Esas fuentes habían proporcionado relatos detallados y casi idénticos sobre el papel de Mitchell como contralor del fondo secreto de inteligencia y su saldo fluctuante de entre 350.000 y 700.000 dólares. Posteriormente, cuatro personas además de Mitchell fueron autorizadas a aprobar pagos del fondo secreto, afirmaban las fuentes.

Los asistentes de Mitchell, quienes ocupaban puestos de alto nivel en la formulación de políticas en la campaña de reelección del presidente Nixon, estaban entre las 15 personas que tuvieron acceso al fondo secreto de más de 300.000 dólares destinados a proyectos políticos delicados. En esos proyectos se incluía la campaña de espionaje contra los demócratas, por la cual 7 personas, incluidos dos ex asistentes de la Casa Blanca, fueron acusados por un gran jurado federal.



EL FONDO

El fondo se guardaba en la caja fuerte del exsecretario de Comercio Maurice H. Stans, presidente de finanzas de la campaña presidencial. Es presumiblemente el mismo dinero que la Oficina de Contabilidad General (GAO) citó en un informe del 26 de agosto como una violación de la nueva ley de divulgación de campañas, porque no había sido contabilizado adecuadamente. La GAO, el brazo de investigación del Congreso, manifestó que el fondo contenía 350.000 dólares. Según las fuentes, fue a partir de esos retiros que el dinero del Comité de Nixon se utilizó para la campaña de espionaje contra los demócratas.

La distribución real del dinero del fondo a la operación de inteligencia fue descrita al The Washington Post como una "transacción extremadamente compleja"; diseñado para eliminar la posibilidad de rastrear cualquiera de los fondos hasta su fuente original, (se cree que son contribuciones de campaña) o para revelar el punto de distribución en el Comité de Finanzas para la Reelección del Presidente. En aras del secreto, sólo se asignó a una persona para mantener la lista de transacciones en una sola hoja. Normalmente, el dinero lo distribuía George Gordon Liddy, ex agente del FBI, al servicio del Comité de reelección de Nixon, afirmarían las fuentes. A Liddy posteriormente se le consideraría autor intelectual del Watergate; sería condenado declarado culpable de conspiración, robo y escuchas telefónicas ilegales.

Funcionaría de la siguiente manera: establecido a principios de la campaña de Nixon, probablemente en 1971, e inmediatamente se separó de todas las demás operaciones contables dentro de la división de finanzas del Comité para la Reelección del Presidente. Aunque físicamente estaba en la división de finanzas; fue controlado por el lado político del Comité encabezado por el ex Fiscal General Mitchell. "Muy pocas personas lo sabían", aseveraría una fuente, identificándolos como las aproximadamente 15 personas en la lista, los asistentes de John Mitchell, Hugh Sloan, Maurice Stans y una persona que hizo los cálculos en una calculadora.

Para garantizar el secreto, las fuentes aseveraron que los depósitos en el fondo estaban encubiertos por un proceso extremadamente complicado diseñado para eliminar todo rastro del origen del dinero. Por la misma razón, no se utilizaron recibos de retiro. Entre quienes conocían el fondo, afirmaron las fuentes, era de conocimiento común que el dinero se utilizaría para proyectos políticos delicados que los funcionarios de la campaña de Nixon querían mantener en secreto.

La existencia del fondo secreto fue citada en un informe de la Oficina de Contabilidad General, el brazo de investigación del Congreso como una "posible y aparente" violación de una nueva y más estricta ley de divulgación de finanzas de campaña. Aseveró que contenía 350.000 dólares al 25 de mayo (1972) y posiblemente era ilegal, porque los ingresos y gastos no se informaron públicamente durante un período de seis semanas después de que la nueva ley de divulgación entró en vigor el 7 de abril (1972). Guardado en una caja fuerte en la oficina de Stans, consistía principalmente en contribuciones en efectivo hechas a la campaña de Nixon durante un período de 18 meses, según las fuentes. El objetivo principal era financiar operaciones generalizadas de recopilación de inteligencia contra los demócratas. No se habría podido determinar exactamente qué proyectos individuales fueron financiados por la cuenta secreta.



EL ESPIONAJE

Los nombres de los ayudantes de Mitchell, aparecen en un relato de la operación de espionaje contada por Alfred Baldwin cuyo trabajo consistía en escuchar a escondidas las llamadas telefónicas, hospedándose en el Hotel de Howard Johnson, frente al complejo Watergate; este se describía a sí mismo como participante en el asunto Watergate; entrevistado tanto por el FBI como por abogados del Partido Demócrata. En su relato Baldwin delató que uno de los hombres acusados, James W. Mc Cord Jr, ex coordinador de seguridad del Comité de reelección de Nixon había enviado memorandos y transcripciones de las conversaciones intervenidas a un asesor de la Casa Blanca y varios altos funcionarios de la campaña de Nixon, incluidos los asesores de Mitchell.



El asistente del presidente Nixon para relaciones con el Congreso y dos funcionarios del Comité se encontraban entre las personas a las que se les enviaron memorandos que describían conversaciones telefónicas de funcionarios del Partido Demócrata. Según Baldwin, decía haber transcrito las conversaciones escuchadas de funcionarios demócratas en el Watergate; manifestó al FBI que memorandos que resumían algunas de las conversaciones estaban dirigidos a las siguientes personas, entre otras: William E. Timmons, asistente del Presidente para relaciones con el Congreso y principal enlace de la Casa Blanca con el Comité de reelección para asuntos relacionados con la Convención Nacional Republicana; Robert C. Odle Jr., ex asistente de la Casa Blanca director de administración del Comité para la Reelección del Presidente y J. Glenn Sedam Jr., asesor general del comité de reelección del Presidente.

En una entrevista grabada con Los Angeles Times, Baldwin describía como monitoreó conversaciones escuchadas y las mecanografió en forma de memorando bajo órdenes de James W. McCord, entonces coordinador de seguridad del Comité de reelección del presidente Nixon. Sin embargo, nunca expresó en la entrevista a quién estaban dirigidos los memorandos. Baldwin, según otras fuentes, dijo al FBI que sólo pudo conocer los nombres de las personas a las que se les enviaron tales memorandos en tres ocasiones, aunque, según su relato, muchos más memorandos basados en conversaciones telefónicas fueron escritos y luego metidos en un maletín por Mc Cord para su eventual distribución.

El fondo secreto que proporcionó el dinero para las actividades de Baldwin en Watergate y otros aspectos de la campaña de recopilación de inteligencia fue administrado por el "lado político" del Comité de reelección de Nixon; esa parte directamente bajo el control de Mitchell, pero físicamente se mantuvo en el lado financiero encabezado por el ex secretario de Comercio Stans. En algunos casos, los asistentes individuales de Mitchell recibieron casi 50.000 dólares de la cuenta secreta. A excepción del ex asistente de la Casa Blanca, G. Gordon Liddy, ex asesor financiero de la campaña de Nixon, no se sabía de ningún otro funcionario de la operación financiera que haya obtenido dinero de la cuenta.

RETIROS

Dos de los principales funcionarios de campaña del presidente Nixon retiraron cada uno más de 50.000 dólares de un fondo secreto que financiaba actividades de recopilación de inteligencia contra los demócratas, según fuentes cercanas a la investigación de Watergate; ambos ex asesores de la Casa Blanca, Jeb Stuart Magruder, subdirector del Comité para la Reelección del Presidente, y Herbert L. Porter, director de programación del comité. Magruder aseveró era "absolutamente falso" que haya recibido dinero del fondo secreto. "Sólo recibí mi salario y la cuenta de gastos".

El funcionario del Comité asignado para desembolsar el dinero del fondo secreto fue el ex tesorero de campaña Hugh W. Sloan, quien renunciaba a su cargo después del allanamiento de Watergate porque "no quería participar en lo que entonces sabía que estaba sucediendo", en palabras de una fuente.

LIMPIEZA

Tras el allanamiento de Watergate, dos de los principales funcionarios de campaña del presidente Nixon dirigieron una "limpieza de la casa" masiva en la que se destruyeron registros financieros y se pidió a los miembros del personal que "cerraran filas" para preparar una respuesta pública al incidente, según fuentes. Los dos funcionarios de campaña fueron identificados por las fuentes como el ex fiscal general adjunto Robert C. Mardian, después coordinador político del Comité de reelección de Nixon, y Frederick La Rue, ex asesor del presidente en la Casa Blanca y asistente especial del director del Campaña de Nixon.



¿LA VAS A PONER EN EL PERIÓDICO?

Mitchell fue contactado por teléfono en Nueva York y leyó el comienzo de la historia del The Washington Post. Él dijo: "Toda esa basura, ¿la vas a poner en el periódico? Todo ha sido negado. Jesús. Katie Graham (Katharine Graham, editora de The Washington Post) quedará atrapada en un gran escurridor si eso se publica. Bien Cristo. Eso es lo más repugnante que he oído jamás". El portavoz del comité de reelección del presidente Nixon, Powell Moore, dijo: "Creo que sus fuentes son malas; están proporcionando información errónea. No vamos a hacer comentarios más allá de eso".

Moore emitió una declaración formal: No había absolutamente ninguna verdad en los cargos en la historia del The Washington Post. Ni el Mitchell ni Stans tuvieron conocimiento alguno de algún desembolso de un supuesto fondo como lo describe el Post y ninguno de ellos controlaban los gastos del comité mientras servían como funcionarios del gobierno.

Se ha establecido, sin embargo, que G. Gordon Liddy, y uno de los siete hombres acusados en el caso Watergate, retiró mucho más de 50.000 dólares en efectivo del fondo, dijeron las fuentes. Algunas de las actividades de inteligencia aún no reveladas, para las que se utilizó el fondo secreto fueron descritas por una fuente federal como potencialmente "muy embarazosas" para la campaña de Nixon si se divulgaban públicamente. Otras fuentes dijeron que esperan que estas actividades sean reveladas durante el juicio de los siete hombres acusados en el caso Watergate.

DONACIONES

El FBI ha establecido que 100.000 dólares entregados a la campaña del presidente Nixon (una donación que salió a la luz durante la investigación de Watergate) provinieron originalmente de una cuenta bancaria corporativa en Houston. Las contribuciones a las campañas electorales de corporaciones se consideraban ilegales. Fuentes del FBI expresaron la contribución estaba tan bien disfrazada que era prácticamente imposible probar que hubo irregularidades.

Los 100.000 dólares provinieron de la cuenta del First City National Bank de Gulf Resources and Chemical Corp. el 3 de abril. La contribución de 100.000 dólares salió a la luz cuando se supo que 89.000 dólares de ella, en forma de cuatro cheques de caja mexicanos, fueron depositados en la cuenta bancaria de Bernard L. Barker, uno de los cinco hombres que participaron en el Watergate. El dinero había sido rastreado desde Gulf Resources hasta el Comité de reelección de Nixon en una serie de cuatro complicados pasos. Fuentes gubernamentales de bajo control, al describir el procedimiento, dijeron que fue similar al utilizado por los líderes del crimen organizado para ocultar pagos secretos.

Maurice H. Stans, presidente de finanzas de la campaña de reelección de Nixon, aprobó personalmente la transferencia secreta del fondo a través de México, según un informe confidencial preparado por el personal del Comité Bancario y Monetario de la Cámara el mes pasado. Fuentes gubernamentales establecieron que los cuatro cheques de caja mexicanos fueron depositados posteriormente en la cuenta bancaria de Barker, para evitar el impuesto federal sobre donaciones. "No tuvo nada que ver con la financiación del Watergate", dijo una fuente republicana bien informada. Los cheques se convirtieron en efectivo para que los $89,000 pudieran dividirse en contribuciones separadas de $3,000 o menos, el máximo que se puede dar libre del impuesto sobre donaciones.

CONCLUSIONES

Los agentes del FBI habían establecido que el incidente de las escuchas en Watergate surgió de una campaña masiva de espionaje político y sabotaje llevada a cabo en nombre de la reelección del Presidente Nixon y dirigida por funcionarios de la Casa Blanca y el Comité para la Reelección del Presidente. Las actividades, según información de los archivos del FBI y del Departamento de Justicia, estaban dirigidas a los principales contendientes presidenciales demócratas y, desde 1971, representaban una estrategia básica del esfuerzo de reelección de Nixon.

Durante su investigación de Watergate, los agentes federales establecieron que cientos de miles de dólares en contribuciones de campaña de Nixon se habían reservado para pagar una extensa campaña encubierta destinada a desacreditar a candidatos presidenciales demócratas individuales y perturbar sus campañas.El "trabajo de inteligencia" era normal durante una campaña y se dice que lo llevan a cabo ambos partidos políticos. Pero los investigadores federales dijeron lo que descubrieron que estaban haciendo las fuerzas de Nixon no tiene precedentes en alcance e intensidad.

Informada del contenido general de los reportajes del The Washington Post, la Casa Blanca remitió todos los comentarios al Comité para la Reelección del Presidente. Un portavoz dijo: "La historia del Post no es sólo ficción sino una colección de absurdos". Cuando se le pidió discutir los puntos específicos planteados en la historia, el portavoz, DeVan L. Shumway, se negó alegando que "todo el asunto está en manos de las autoridades".

SEGURIDAD OFENSIVA

Según los investigadores, tanto en la Casa Blanca como en el Comité de reelección del presidente, la operación de sabotaje de inteligencia fue comúnmente llamada el programa de "seguridad ofensiva" de las fuerzas de Nixon.Tal vez el hallazgo más significativo de toda la investigación Watergate, dicen los investigadores, fue que numerosos actos específicos de sabotaje político y espionaje tenían su origen en esta "seguridad ofensiva", concebida y dirigida en la Casa Blanca y por el presidente Nixon. Los investigadores dijeron que un objetivo principal de las actividades era crear tanta confusión, sospecha y disensión que los demócratas fueran incapaces de unirse después de elegir un candidato presidencial.

La investigación del FBI sobre el Watergate estableció que prácticamente todos los actos contra los demócratas fueron financiados por un fondo de campaña secreto y fluctuante de entre 350.000 y 700.000 dólares controlado por el ex fiscal general John N. Mitchell, mientras dirigía el Departamento de Justicia. Más tarde, cuando se desempeñó como director de campaña del presidente Nixon compartió el control del fondo con otros. El dinero se guardó en una caja fuerte en la oficina del principal recaudador de fondos del presidente, el exsecretario de Comercio Maurice Stans.



EL SABOTAJE

El secretario de nombramientos del presidente Nixon y un ex asistente de la Casa Blanca acusado en el caso de escuchas telefónicas en Watergate sirvieron como "contactos" en una operación de espionaje y sabotaje contra los demócratas, según The Washington Post. Los investigadores federales dijeron que Donald Segretti y muchos otros agentes involucrados en actividades de sabotaje por las fuerzas de Nixon recibieron pagos del fondo indirectamente, a través de intermediarios.

Los propósitos del esfuerzo encubierto, según investigadores federales y personas a quienes Segretti intentó reclutar como agentes provocadores, eran desacreditar a candidatos presidenciales demócratas individuales; crear confusión en sus campañas e interrumpir las primarias demócratas hasta el punto de que el Partido Demócrata no pudo reunirse después de elegir a su candidato presidencial. Las actividades encubiertas, según información contenida en archivos del FBI y del Departamento de Justicia, representaron una estrategia básica del esfuerzo de reelección de Nixon.

Estas incluyeron, seguir a miembros de las familias de los candidatos demócratas y recopilar expedientes sobre detalles personales de sus vidas; falsificar cartas y distribuirlas con el membrete de los candidatos; investigar posibles donantes para la campaña de Nixon antes de que se solicitaran contribuciones; presentar artículos falsos y fabricados a la prensa sobre los candidatos; desorganizar sus agendas de campaña; investigar las vidas de docenas de trabajadores de las campañas demócratas y colocar provocadores en las filas de las organizaciones que se esperaba se manifestaran en las convenciones nacionales republicanas y demócratas.



“TRUCOS SUCIOS”

Donald Segretti dijo al Comité Selecto de Actividades de Campaña Presidencial (3 de octubre de 1973) que entre el objetivo principal fue desacreditar al pre candidato Demócrata Edmund Muskie - Gobernador y senador por Maine- por ser el candidato que más temió Nixon . Como señaló un comentarista político: "parecía imparable; había contado con amplio respaldo financiero, reconocimiento de nombre, experiencia, imagen, respaldo y una posición privilegiada en las encuestas".

En su investigación los periodistas Woodward y Bernstein descubrieron que
Segretti había intentado difamar a políticos destacados como George Mc Govern , Edward Kennedy , Edmund Muskie y Henry Jackson. Se decidió que Mc Govern era el candidato al que Nixon quería enfrentarse en las elecciones presidenciales.

Esto incluyó las cartas enviadas durante las elecciones primarias de Florida. El FBI también había revelado que la carta enviada al líder del Manchester Union durante las primarias de New Hampshire también era una falsificación. El 27 de octubre de 1972, la revista Time publicó un artículo afirmando que había obtenido información de archivos del FBI de que Dwight Chaplin había sido contratado a Segretti para perturbar la campaña demócrata. El mes siguiente, Carl Bernstein entrevistó a Segretti, quien admitió que E. Howard Hunt y Gordon Liddy estaban detrás de la campaña de “trucos sucios” contra el Partido Demócrata .


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