Nuevos conflictos y tensiones bélicas se suman a las guerras de Rusia, Ucrania, OTAN ( 24 de febrero de 2022) y el devastador enfrentamiento de Israel y Gaza (7 de octubre de 2023)
AVANZA LA GUERRA MUNDIAL
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 Carlos Roque 

Cuando las tropas rusas abrieron fuego hace catorce meses en territorios de Ucrania, se pensó en un nuevo capítulo de la confrontación del Euromaidán de 2014 entre ambos países. A los días se supo que se trataba de la mayor operación militar europea de la posguerra encabezada por Rusia, Ucrania y los 30 países liderados por Estados Unidos, que conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

NO SOLO ARMAS

Se comenzó entonces a mencionar la “nueva guerra”, la “guerra híbrida”, “la guerra cognitiva”, “la tercerización de la guerra” y otras denominaciones toda vez que los ataques bélicos fueron sustituidos por la aplicación de sanciones económicas, también con efectos incruentos de “destrucción masiva”; la tercerización de los combates con el uso de grupos mercenarios en vez de los consabidos “comandos patrióticos”, y la adopción de la postverdad y las “fake news”, como arma de propaganda para moralizar a las tropas en combate.



Si bien el temor inicial al uso de las armas nucleares por las potencias en juego (Rusia y OTAN), por la segura destrucción física del planeta ha pasado a un segundo plano, las consecuencias de la nueva guerra se han hecho y se hacen sentir en la economía mundial, de manera especial en los países de la Unión Europea y las naciones de menor desarrollo.

EN TIERRA SANTA

El 7 de octubre de 2023, mientras los israelíes festejaban la fiesta de Sucot, grupos de militantes palestinos de Hamás y la Yihad atacaron Israel desde la Franja de Gaza precisamente en el 50 aniversario de la Guerra de Yon Kippur-El sangriento ataque fue respondido por la “Operación Espadas de Hierro” con bombardeos masivos a territorio palestino-; lo que podría considerase como un nuevo enfrentamiento histórico de la vieja disputa israelí-palestina, se ha convertido a cinco meses del ataque, en una guerra con cifras impresionantes de muertes y destrucción y con enorme efecto político y de opinión a nivel mundial, incluso por encima de la todavía nueva “guerra mundial” de Rusia, Ucrania y la OTAN.





GEOPOLÍTICA Y TERROR NUCLEAR

Alfredo Toro Hardy

La pesadilla del terror nuclear ha llegado para quedarse y lo hace en términos aún más preocupantes que durante la mayor parte de la Guerra Fría

La llamada crisis de los misiles cubanos, en octubre de 1962, constituyó el evento de mayor peligro protagonizado por Estados Unidos y la Unión Soviética a lo largo de su Guerra Fría. Se trató, en efecto, del punto más cercano al estallido de una guerra nuclear entre ambas superpotencias. Luego del fallido intento estadounidense de derrocar al régimen de Fidel Castro, por vía de la invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961, el Primer Ministro Nikita Krhushchev y Castro acordaron secretamente, en julio de 1962, la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Los vuelos espías sobre la isla permitieron que, en octubre de ese año, Washington detectara la construcción de silos para misiles nucleares de alcance intermedio en ese país.

Mientras el Estado Mayor e importantes funcionarios estadounidenses insistieron en la necesidad de bombardear los misiles en instalación, seguido de una invasión a Cuba, el Presidente Kennedy decidió imponer una “cuarentena” sobre la isla. El término representaba un eufemismo sobre lo que, en la práctica, representaba un bloqueo naval llamado a inspeccionar a todo barco soviético que se acercara a Cuba. Ello fue acompañado por serias advertencias de Kennedy sobre la inadmisibilidad de que se colocaran misiles soviéticos en su propio hemisferio y tan cerca de su territorio. Advertencias seguidas por la colocación de las fuerzas militares y nucleares estadounidenses bajo estado de máxima alerta (DEFCON 2). La respuesta de Krhushchev fue la de calificar las acciones estadounidenses como un acto de agresión en contra de su país y ordenar que las naves soviéticas siguieran su curso hacia Cuba. En medio de este alto grado tensión, diversos incidentes estuvieron a punto de desencadenar un estallido de hostilidades. Durante trece días, el mundo se mantuvo en vilo mientras las dos superpotencias se enfrascaron en un desafiante curso de colisión directa, a la espera de que los nervios de la otra parte flaquearan primero. Finalmente, fue Krhushchev quien flaqueó (lo que habría de generar su derrocamiento algunos meses más tarde). La remoción de los misiles de la isla puso punto final a lo que estuvo cerca detonar una confrontación nuclear.

Aunque octubre de 1962 fue el momento más cercano a un holocausto atómico, hubo otros incidentes y accidentes que también pudieron haber conducido a este. Entre ellos podría referirse el apoyo soviético a Egipto y su disposición a intervenir directamente en su conflicto con Israel, durante la guerra del Yom Kippur de octubre de 1973. Para disuadir dicha intervención, las fuerzas nucleares estadounidenses fueron colocadas en estado de alerta (DEFCON 3). Sin embargo, junto a los forcejeos geopolíticos de las dos superpotencias, también estuvo siempre presente el riesgo de un accidente. El más importante de estos tuvo lugar el 26 de septiembre de 1983 cuando, en medio del despliegue de los misiles nucleares estadounidenses Pershing II en Europa y de la arremetida anti soviética de Ronald Reagan, los radares soviéticos detectaron el lanzamiento de cinco misiles balísticos intercontinental desde Estados Unidos. Gracias a la sangre fría y al buen juicio del comandante del sistema de aviso temprano soviético, pudo comprobarse de que se trataba de un error en sus radares. Ello evitó que el alto estado de paranoia que en esos momentos prevalecía en el liderazgo soviético se hubiese traducido en una respuesta nuclear.



No en balde cuando el 25 de diciembre de 1991 la Unión Soviética dejó de existir, la mayoría del mundo experimentó una profunda sensación de alivio. La desaparición de uno de los dos contrincantes, hacía desaparecer también el riesgo de una confrontación nuclear. Ello a pesar de que los misiles nucleares, aunque reducidos sustancialmente en cantidad, seguían presentes. En lo sucesivo, la primacía de lo geopolítico pasaba a ser dramáticamente sustituida por la de lo económico. Por más de que se pudiese estar en desacuerdo con la globalización emergente, ella no acarreaba ningún riesgo de confrontación nuclear. A todas luces, la integración económica planetaria resultaba el antídoto perfecto frente a la prevalencia de los misiles. Ello posibilitó que durante tres décadas toda noción de holocausto nuclear estuviese ausente de la psiquis colectiva de la humanidad.

Lamentablemente, la geopolítica ha venido a reclamar de nuevo su primacía por la puerta grande. La invasión a Ucrania, antecedida por las tensiones entre Estados Unidos y China en Taiwán y en el Mar del Sur de China, signan el repliegue de la era de la globalización. La geopolítica, de más está recalcarlo, llega acompañada de la amenaza de una guerra nuclear. De hecho, desde la crisis de los misiles cubanos en 1962 el mundo no había estado tan cerca de una conflagración atómica como lo está ahora. No sólo porque Putin ha hecho amenazas veladas en tal sentido en varias oportunidades, sino porque las hostilidades en Ucrania siempre plantean el riesgo de una escalada a ese nivel. A ello se une el escenario de la Península Coreana, donde Kim Jong Un, a decir de Robert Carlin y Siegfried Hecker ("Is Kim Jong Un Preparing for War?", 38 North, January 11, 2024), habría tomado ya la decisión de ir a la guerra. Una guerra que inevitablemente derivaría hacia lo nuclear. Mientras tanto, y de acuerdo a Kevin Rudd (The Avoidable War, New York, Public Affairs, 2022), tanto Washington como Pekín visualizan como inevitable un enfrentamiento bélico entre ellos durante esta década. También aquí sería difícil evitar el escalamiento a ese nivel.

La pesadilla del terror nuclear ha llegado para quedarse y lo hace en términos aún más preocupantes que durante la mayor parte de la Guerra Fría. Ello, en virtud de varias consideraciones. Primero, a diferencia de aquellos tiempos cuando el sistema de mando en Moscú era colectivo y el salto hacia lo nuclear requería del acuerdo de la mayoría de los miembros del Comité Central del Partido Comunista, hoy la voluntad de algunos líderes autocráticos se basta para ello. Segundo, la doctrina de la destrucción recíproca asegurada aceptada por ambas partes en aquel entonces, ha sido sustituida, al menos en el caso de Rusia, por la noción de que un intercambio nuclear es una estrategia militarmente aceptable. Tercero, luego de la crisis de los misiles cubanos comenzaron a aparecer mecanismos y protocolos aptos para facilitar el manejo de las crisis entre las partes, lo que no existe hoy en día. Cuarto, porque un regreso de Trump a la Casa Blanca colocaría el botón nuclear estadounidense en manos de una persona cuya estabilidad mental se encuentra en serias dudas.

Como no echar de menos las décadas en las que la globalización prevaleció y la economía era la consideración principal.




PUTIN DICE QUE RUSIA ESTÁ PREPARADA PARA USAR ARMAS NUCLEARES

En una entrevista con la televisión estatal, Putin dice que no cree que el mundo se encamine hacia una guerra nuclear, pero advierte a las potencias occidentales que está dispuesto a una escalada de ese tipo si se amenaza la soberanía o independencia rusa


El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo en una entrevista emitida este miércoles que Rusia está dispuesta a utilizar armas nucleares si existe una amenaza a su condición de Estado, a su soberanía o independencia, al tiempo que expresó su esperanza de que Estados Unidos se abstenga de acciones que puedan desencadenar un conflicto nuclear.

Las declaraciones de Putin, en una entrevista con la televisión estatal rusa, suponen otra advertencia contundente a Occidente antes de los comicios presidenciales de esta semana, en los que se espera que renueve su mandato por otros seis años.

Durante la entrevista, Putin describió al presidente estadounidense, Joe Biden, como un político veterano que comprende plenamente los posibles peligros de una escalada y dijo que no cree que el mundo se encamine a una guerra nuclear.

Al mismo tiempo, enfatizó que las fuerzas nucleares de Rusia están completamente preparadas y “desde el punto de vista técnico-militar, estamos preparados”.

Putin indicó que, de acuerdo con la doctrina de seguridad del país, Moscú está dispuesto a utilizar armas nucleares en caso de una amenaza a "la existencia del Estado ruso, nuestra soberanía e independencia".

El líder ruso ha hablado reiteradamente de su disposición a emplear armas nucleares desde que lanzó la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022. La amenaza más reciente de este tipo se produjo en su discurso sobre el estado de la nación el mes pasado, cuando advirtió a Occidente de que, si profundizara su participación en los combates en Ucrania, correría el riesgo de una guerra nuclear.

Preguntado en la entrevista si alguna vez había considerado usar armas nucleares en Ucrania, Putin respondió que no había necesidad de ello. También expresó su confianza en que Moscú logrará sus objetivos en Ucrania y emitió una contundente advertencia a los aliados occidentales, declarando que “las naciones que dicen que no tienen líneas rojas con respecto a Rusia deberían darse cuenta de que Rusia tampoco tendrá ninguna línea roja con ellos. "
Además, mantuvo la puerta abierta a conversaciones, pero enfatizó que Rusia mantendrá sus logros y buscará garantías firmes de Occidente. "No debería suponer una pausa para que el enemigo se rearme, sino una conversación seria sobre las garantías de seguridad para la Federación Rusa", afirmó.

Putin señaló además que un reciente aumento en los ataques con drones ucranianos en Rusia forma parte de los esfuerzos para descarrilar las elecciones presidenciales de tres días del país, que comienzan el viernes y en las que se espera que gane con una abrumadora mayoría, aupado por el estricto control que ha establecido sobre la escena política de Rusia durante sus 24 años de Gobierno.


NUEVOS ATAQUES DE AMBOS BANDOS EN RUSIA Y UCRANIA


Las autoridades rusas informaron sobre otro amplio ataque por parte de drones ucranianos la madrugada de este miércoles. El Ministerio de Defensa dijo que las defensas aéreas derribaron 58 drones en seis regiones. Uno de los drones impactó en una refinería de petróleo en la región de Riazán, hiriendo al menos a dos personas y provocando un incendio. Otro dron fue derribado cuando se acercaba a una refinería cerca de San Petersburgo.

Mientras tanto, Ucrania informó de más ataques rusos este miércoles por la mañana.

Un ataque ruso mató a dos personas e hirió a otras cinco en la ciudad de Myrnohrad, en la región oriental de Donetsk, a unos 30 kilómetros de la línea del frente, según el gobernador Vadym Filashkin. Los equipos de rescate lograron sacar a una niña de 13 años de los escombros de un edificio de apartamentos alcanzado por un misil ruso.

Además, un edificio de cinco pisos en la ciudad norteña de Sumy fue alcanzado por un dron lanzado desde Rusia durante la noche y 10 personas fueron rescatadas de los escombros, incluidas ocho que sufrieron heridas, según la administración regional.

En la ciudad natal del presidente Volodímir Zelenski, en la región central de Dnipropetrovsk, el número de muertos por un ataque con misiles ruso la noche anterior aumentó a cuatro, dijo el gobernador Serhii Lysak. En Krivói Rog resultaron heridas 43 personas, entre ellas 12 niños, el más pequeño de dos años y once meses.

Todos los días nuestras ciudades y pueblos sufren ataques similares. Todos los días Ucrania pierde gente debido a la maldad rusa”, dijo Zelenski.

euronews


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