El presidente del organismo electoral Elvis Amoroso, dió a conocer esta semana la fecha para los comicios presidenciales del 2024, así como el cronograma correspondiente de vigencia ya en marcha. Si bien el anuncio corresponde al titular del CNE, en este caso fue antecedido por un amplio diálogo convocado por el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez con la mayoría de los partidos políticos, organismos empresariales, profesionales y organizaciones de la sociedad civil; convencidos de que es imperativo (dada las circunstancias políticas del país); contribuir a la creación de un clima de convivencia que garantice un proceso electoral lo mas incluyente posible. Si bien se contempló un número importante de fechas para la realización del evento, el plazo establecido para la presentación de candidatos (20 de marzo) se considera apresurado por algunos voceros, pese a que el país vive desde el 2023 un preclima electoral con la realización de primarias y el anuncio de más de una veintena de aspirantes a Miraflores, lo cual tendría un efecto directo para el mundo opositor, que se debate en torno a muchos nombres y que requieren de mayor tiempo para perfilar sus ofertas y propuestas de gobierno.

 
Si bien será el 15 de marzo con la realización del Congreso PSUV y Polo Patriótico, cuando se aborde oficialmente la postulación oficialista, ya no cabe duda y nunca ha existido, que para esos efectos existe solo el nombre de Nicolás Maduro en el camino de una segunda reelección. Ya desde hace varias semanas el Jefe del Estado protagoniza una intensa campaña electoral con concentraciones masivas en las principales ciudades del país, al estilo de las viejas campañas presidenciales, pero además con anuncios importantes de nuevas misiones y operaciones económicas de cara a los problemas que afectan a las comunidades. Ello establece una clara diferencia en el escenario electoral por cuanto hasta ahora Maduro ejerce un liderazgo en solitario en las filas oficialistas y además sin que tenga todavía una contraparte opositora capaz de perfilar una posible opción de poder.

 
En el mundo opositor ampliamente favorecido por las encuestas dado el mayoritario descontento que registran con la gestión de gobierno, desde el año pasado y luego de ganar abrumadoramente la elección primaria de la Plataforma Unitaria; María Corina Machado de “Vente Venezuela” luce como la referencia más consistente de los factores críticos al régimen, y en consecuencia como la mas sólida y hasta ahora única propuesta electoral frente a la candidatura de Maduro.

 
Sin embargo, Machado deberá afrontar la inhabilitación de la cual es objeto y vigente antes de su aspiración presidencial y que seguramente impedirá, que aunque haya hecho campaña en los últimos meses y con gran fuerza en los últimos días con la consiga “hasta el final”, pueda obtener la indispensable habilitación para competir en el camino del 28 de julio. Si bien el resto de los partidos opositores han planteado la necesidad de que se contemple la imposibilidad de su candidatura y se procure una opción sustitutiva; ella hasta el presente ha rechazado tal posibilidad e incluso con la amenaza de que el “21 de marzo, habrá sorpresas”.

 



EL CONSENSO

 
Las principales referencias opositoras, asumen como un hecho la imposibilidad de la candidatura de Machado y consideran urgente la búsqueda del nombre que la sustituya, además con la urgencia que ahora añade el escaso tiempo para formalizar legalmente esa opción. Si bien varios analistas han propuesto nombres de posibles aspirantes de emergencia y por la vía del consenso, todo indica que los hechos se inclinan a favor de los nombres de Manuel Rosales, actual gobernador del Zulia y ex candidato presidencial frente a Chávez el 2006 cuando obtuvo el 38% de los votos y de Eduardo Fernández, líder histórico de Copei y también ex candidato presidencial en 1988, frente a Carlos Andrés Pérez y quien pudiera cumplir el papel que en situaciones parecidas en otros países, ha cumplido como diría Ortega y Gasset la función de “hombre de las circunstancias” .