Fue uno de los mejores y más aclamados cineastas de todos los tiempos. Impulsor de una forma de modernidad cinematográfica basada en la interpretación del actor, técnicas que ya había usado en el teatro
ELIA KAZAN 1909 2003
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Francisco Casanova

Adelantado a su tiempo tanto en teoría y práctica, fue uno de los creadores del arte dramático que sustituyo el Hollywood clásico al fundar el “Actor’s Studio”, una de las instituciones más innovadoras y transformadoras en la formación de actores y actrices y de donde saldrían del teatro para el cine talentos notables como los de Marlon Brando, Montgomery Clift, Paul Newman, Jane Fonda, Joanne Woodward, Julie Harris y muchos más. Kazán llevó una clase nueva de actores a la pantalla, reflexivos e introspectivos, intensos y explosivos. Sus actores vivían historias sobre problemas sociales, realidades y conflictos sociales. Cuando exploraban las relaciones entre hombres y mujeres, sus películas ofrecían un naturalismo conductual y un nivel de realismo nuevo en el cine americano. Kazan fue uno de los pocos directores en ganar premios en los 3 festivales más prestigiosos de Europa (Berlín, Cannes, Venecia), así como el Oscar y el Globo de Oro.


 
Director de cine y teatro, productor, guionista y literato, Kazan de sangre griega y Turco porque nació en Constantinopla Imperio Otomano (ahora Estambul, Turquía)el 7 de septiembre de 1909como Elias Kazantzoglou. Hijo de griegos que vivían en Turquía, Kazan emigró a Nueva York a los cuatro años con sus padres. Su padre regentaba un negocio de alfombras. Kazan estudió en el Williams College, (Massachusetts) y luego cursó un máster en Arte Dramático en la Universidad de Yale y se casó con una de sus compañeras de clase, la dramaturga Molly Day Thatcher. A principios de la década de los 30,Kazan se incorporó al Group Theatre de Nueva York, donde se labró una reputación de intérprete versátil y apareció en Waitingfor Lefty y Golden Boy (ambas de Clifford Odets). En 1935, Kazan se afilió al Partido Comunista lo cual fue el germen de un capítulo fundamental que le marcaría de por vida y un año y medio más tarde abandonó el partido. Tras la disolución del Group Theateren 1941, Kazan se consolidó como director de teatro en Nueva York dirigiendo La piel de nuestros dientes (1942), de Thorton Wilder, así como de Un toque de Venus (1943), de Kurt Weill, Ogden Nash y S.J. Perelman. Kazan también dirigió documentales, como The People of the Cumberland (1937), sobre los mineros del carbón de Tennessee. Como actor, destacó en papeles de gángster en dos películas dirigidas por Anatole Litvak, Ciudad de conquista (1940) y Blues en la noche(1941). Contribuyo a forjar una de las corrientes teatrales más sobresalientes dela historia, la cual alcanzaría su clímax en 1947, con la creación del “Actor’s Studio”. Su talento teatral no pasó desapercibido para los estudios de Hollywood, debutando en el cine como director con A Tree Grows in Brooklyn (1945), versión cinematográfica de una novela de Betty Smith por la que el actor James Dunn logró el Oscar al mejor actor secundario. Kazan influyó en las películas de las décadas de 1950 y 1960 con sus temas provocativos y temáticos. En 1947, Kazan y los directores Cheryl Crawford y Robert Lewis fundaron el Actors Studio de Nueva York como taller dedicado a la interpretación según el “Método”. Kazan fue el principal divulgador de los métodos interpretativos de Konstantín Stanislavski, en el teatro y cine estadounidenses, que el director ruso aplico en el Teatro del Arte de Moscú en las primeras décadas del siglo XX y fue uno de los pioneros en sistematizar un método interpretativo para los actores de teatro, articulando diversos ejercicios para controlar las emociones, la imaginación y la espontaneidad del actor. Tras una primera época en la que enfatizó sobre todo el trabajo interior del actor, en sus últimos años equilibró ese enfoque con una nueva insistencia en la importancia de los elementos físicos: voz, gestos, movimiento corporal en la interpretación. Su «sistema» favorecía de este modo unos modos interpretativos cercanos a un naturalis mode corte psicologista, en lo que suponía un alejamiento de los modos del teatro clásico, tradicionalmente dominado por los ingleses y que sería imitado en buena medida en el Hollywood clásico. Los ingleses solían poner más énfasis en la imitación de comportamientos como el modo más eficaz de representar emociones y estados vitales, lo cual producía interpretaciones más «teatrales» en tanto que opuestas a una interpretación «naturalista». En 1948, Lee Strasberg, con quien Kazan había trabajado en el Group Theatre, se convirtió en el director del estudio. La llegada de Strasberg al Actor’s Studio y su personal sistematización del «Método» llevó a Kazan a distanciarse progresivamente del trabajo en esta institución por la excesiva insistencia que ponía Strasberg en la necesidad de bucear en el propio mundo interior y en las experiencias personales, debido a las exageraciones que eso conllevaba. Strasberg destacaba las emociones derivadas de las experiencias personales y del subconsciente del actor como el núcleo de la experiencia interpretativa, en contraste con Stanislavski, quien había insistido siempre en el desarrollo de la imaginación a partir de las coordenadas que establecía la obra. Al margen de la docencia y de las diferencias con Strasberg, Kazan utilizará sobre todo el Actor’s Studio como lugar donde reclutar actores para sus nuevos proyectos y que empezó a producir una gran cantidad de hábiles intérpretes que tuvieron una enorme repercusión en la interpretación teatral y cinematográfica estadounidense, muchos de ellos en obras y películas dirigidas por Kazan.

Es en este período en el que se genera una de las más importantes conexiones de la historia del cine que rompe el cine en dos etapas. Esta conexión fue el encuentro de Elia Kazany Marlon Brando. Kazan fue quien dirigió en el teatro y en el cine a Brando, cuya maestra de actuación fue Stella Adler, y gracias a esa conexión, cambiaron el estilo interpretativo del cine estadounidense para siempre. El 3 de diciembre de 1947 en el Ethel Barrymore Theatre de Broadway, se estrena la obra de Tennessee Williams, “Un tranvía llamado Deseo” dirigida por Elia Kazan. Brando fue un éxito instantáneo en el papel de Stanley Kowalski, un polaco-americano violento y agresivo. La obra fue un enorme éxito, gracias sobre todo a la intensa y poderosa actuación de Brando, quien decidió retirarse de Broadway porque no soporto hacer 8 funciones de teatro a la semana. En 1950, de nuevo se reúnen Brando y Kazan, para la versión cinematográfica de la obra de Tennessee Williams, “Un tranvía llamado deseo”, y acompañando a Brando, Kim Hunter y Karl Malden retomando los papeles que habían interpretado en Broadway y Vivien Leigh sustituyendo a Jessica Tandy como Blanche Du Bois. La película causó sensación. La crítica y el público quedaron asombrados por la interpretación de Brando, cuya explosión de cruda y áspera emoción en el papel de Stanley Kowalski no se parecía a nada que se hubiera visto hasta entonces en el cine estadounidense. Kazan fue nominado de nuevo al Oscar al mejor director, Brando fue nominado como mejor actor y Leigh ganó el premio a la mejor actriz.La razón por la que esta película siempre se convierte en algo tan importante para Brando es porque su actuación marcó un antes y un después. El Stanley Kowalski de Brando se ha convertido en una de las representaciones más arquetípicas de un intérprete del Actor’s Studio. Sus manierismos, sus diálogos mal articulados y su intensidad emocional constituyeron toda una novedad en el cine estadounidense y marcaron un hito en la historia de la interpretación. Su actuación, sexualmente cargada, animalista, codiciosa, llena de rabia y con destellos de ternura, fue instintiva, y no ocultó nada. Iba en contra de la restricción que se encontraba normalmente en las actuaciones cinematográficas. Los actores representaban emociones violentas, pero siempre se podía sentir hasta cierto punto un cierto freno que les impedía mostrar sus sentimientos con cruda desnudez. Brando no se guardó nada, y en pocos años el suyo fue el estilo que dominó la actuación en las películas de Hollywood. Capaz de encarnar plenamente el papel hasta el punto de que es imposible separar a Brando de Kowalski. La habilidad de Kazan fue dejar que Brando hiciera esa actuación. No lo controlo y lo dejo hacer. Kazan luchó contra los recortes de la censura en los que insistía Warner Bros, en un intento de hacer la película más "amigable para el público". Marlon Brando no ganó el premio de la Academia en 1951 por su actuación en "Un tranvía llamado Deseo". El Oscar fue para Humphrey Bogart, por "La Reina Africana". Pero se podría argumentar que ninguna actuación tuvo más influencia en el cine moderno, para ese momento, que la de Brando como Stanley Kowalski, el héroe rudo, grosero y agresivo de Tennessee Williams. Esta película influyo directamente el trabajo de los herederos de Brando como Montgomery Clift y James Dean. En 1952 Kazan de nuevo dirige a Brando en Viva Zapata.
 
En 1954 Elia Kazan desarrolla todo su talento en “On The Waterfront”. Un clásico. Una de esas películas imprescindibles en la historia del cine. Con un reparto excepcional y ganadora de 8 de los 12 Oscar a los que estaba nominada. Es difícil pensar en el cine americano sin esta obra maestra de Elia Kazan. El periodista Malcolm Johnson ganó el Premio Pulitzer por una serie de artículos publicados en el New York Sun, en los que narraba cómo la mafia había tomado el control de los muelles de la ciudad. El escritor y productor Budd Schulberg transformó la historia en guion y Elia Kazan lo convirtió en película. El relato se construye alrededor del conflicto moral que supone delatar. Cuando el protagonista Terry Malloy (Brando) finalmente se decide a declarar contra la mafia, apoyado por la mujer que ama (Eva Marie Saint) y un sacerdote (Karl Malden), verá como sus compañeros le dan la espalda. No será hasta el acto de fuerza y valentía de la famosa escena final en la que se redime y dota de valor y heroísmo al mismo acto de haber sido un delator. Brando reunió cobardía, remordimiento, amor, valentía, ignorancia, desilusión y esperanza en los ojos de un hombre de pocas palabras y escasos gestos. La pura definición de interpretación con matices acabó por crear a un personaje mucho mayor del que aspiraba el guion. Una gran escena de esta película es la del vehículo, cumbre interpretativa de la historia del cine, en donde Rod Steiger y Marlon Brando ponen todas las cartas sobre la mesa. Charley (Steiger) tiene que convencer a su hermano Terry (Brando) de que no declare a la policía o hacer que lo maten. Terry, por su parte, remueve ante su hermano mayor el pasado para demostrar a ambos el daño que la mafia ha tenido en él y la culpa que tiene su hermano en todo ello.


 
En “On The Waterfront”, Kazan rodo en exteriores y particularmente en los muelles. En la década de los cincuenta aún era raro que la filmación de una película en Estados Unidos respirase más calle que estudio, que las historias proviniesen de la realidad y no del teatro o las grandes novelas y que la mayoría de los actores fuesen nuevos. El blanco y negro de tipo documental ganó un Oscar para el extraordinariodirector de fotografía Boris Kaufman (L'Atalante, 12 Angry Men) y junto a las interpretaciones actorales sentó las bases del cine independiente americano cuyo pionero John Cassavetes, debuto 5 años más tarde, en 1959 con ‘Sombras’. En On The Waterfront, Kazan logra de Brando una interpretación que ha sido esencial para el futuro del cine. Resulta difícil imaginar On the Waterfront sin ese Terry Malloy inseguro, con apariencia de duro,pero con una sensibilidad especial que le produce un sufrimiento interior tan ajenoal mundo embrutecido que le rodea. No hace falta mirar dos veces los andares y miradas de Terry Maloy (Brando) en esa desgastada chaqueta para ver en él a James Dean, Montgomery Clift o Paul Newman y otros.

Kazan es reconocido por su creativa dirección escénica y por sacar las mejores interpretaciones dramáticas de sus actores. Dirigió a 21 actores diferentes en interpretaciones nominadas al Oscar: James Dunn, Celeste Holm, Gregory Peck, Dorothy Mc Guire, Anne Revere, Jeanne Crain, Ethel Barrymore, Ethel Waters, Karl Malden, Vivien Leigh, Kim Hunter, Marlon Brando, Anthony Quinn, Eva Marie Saint, Lee J. Cobb, Rod Steiger, Jo Van Fleet, James Dean, Carroll Baker, Mildred Dunnock y Natalie Wood. De ellos, Dunn, Holm, Malden, Leigh, Hunter, Quinn, Brando, Saint y Van Fleet ganaron Oscars por sus interpretaciones en las películas de Kazan. Dirigió una serie de películas exitosas, ganó dos Oscar como mejor director y recibió un Oscar Honorífico, ganó tres Premios Tony y cuatro Globos de Oro. Entre sus películas, tenemos: A Tree Grows in Brooklyn; Boomerang (1947); Gentleman's Agreement(1947) por el que obtuvo su primer Óscar; Pinky (1949); Panic in the Streets (1950); A Street car Named Desire (1951), por la que fue nominado al Óscar. Viva Zapata! (1952); Man on a Tightrope (1952); On the Waterfront(1954) por la que ganó su segundo Óscar en 1955; East of Eden (1955) su cuarta nominación al Óscar como director; Baby Doll (1956); Wild River (1960); Splendor in the Grass (1961).Las películas de Kazan se referían a temas personales o sociales que le preocupaban especialmente. El decía: "No me muevo a menos que tenga cierta empatía con el tema básico". Muestra la influencia de un cierto neorrealismo a la americana. Kazan completa esta estética naturalista con el uso del blanco y negro, la ausencia de estrellas, el rodaje en exteriores y aplicando los preceptos de su laboratorio de interpretación que consistía en el rechazo del gesto convencional, búsqueda de la naturalidad e interpretación de conjunto.Muchas de sus películas (producidas por Darryl F. Zanuck), eran adaptaciones de obras literarias que abordaban temas de calado social, como, por ejemplo: “Gentleman's Agreement” (1947), película con Gregory Peck, Dorothy McGuire y John Garfield que abordó el antisemitismo adaptando una novela de Laura Z. Hobson; “Pinky” (1949), drama racial interpretado por Jeanne Crain, Ethel Waters y Ethel Barrymore; “Pinky” se basó en un libro escrito por Cid Ricketts Sumner. Películas del director John Ford, ejercieron una enorme influencia en la obra de Kazan, al igual que las de los cineastas soviéticos Serguéi Eisenstein y Aleksandr Dovzhenko. Al mismo tiempo que dejaba su huella en Hollywood, Kazan seguía dirigiendo obras de teatro. Cabe destacar sus colaboraciones con los dramaturgos Arthur Miller, que se convirtió en uno de sus mejores amigos, y Tennessee Williams, varias de cuyas obras se beneficiaron de la orientación de Kazan mucho antes de entrar en producción. Sólo en 1947, Kazan dirigió los estrenos de Todos mis hijos, de Miller, por la que recibió un premio Tony al mejor director, y del clásico de Williams, Un tranvía llamado deseo. En 1949 ganó otro premio Tony como director de la emblemática producción de Arthur Miller, Muerte de un viajante (Death of a Salesman) con una legendaria actuación de Lee J. Cobb.

Tras pasar los tres últimos años de la década de 1950 trabajando principalmente en Broadway, Kazan regresó a Hollywood en 1960 para rodar “Río salvaje”, que mostro los talentos de Montgomery Clift y Lee Remick. “Esplendor en la hierba” (1961) fue un éxito a una escala totalmente diferente, con Warren Beatty (en su debut en el cine) y Natalie Wood en el centro de una historia de sexualidad reprimida ambientada en los años veinte y atrajo a toda una nueva generación a la obra de Kazan y le valió un Oscar por el guión del dramaturgo William Inge. “América, América” (1963) fue un proyecto intensamente personal basado en las experiencias de la inmigración.Una película de innegable fuerza, que le valió a Kazan su última nominación al Oscar al mejor director. Kazan dirigió después “After the Fall” (1964), de Miller, en Broadway y pasó los años siguientes escribiendo la primera de varias novelas que publicaría, “The Arrangement”, que adaptó al cine en 1969. “The Visitors” (1972), uno de los trabajos menores de Kazan, estaba protagonizada por James Woods en el papel de un veterano cuyo servicio en la guerra de Vietnam vuelve para atormentarle. La última película de Kazan, “El último magnate” (1976), era una adaptación de una novela inacabada de F. Scott Fitzgerald, con guión del dramaturgo Harold Pinter. Parecía apropiado que Kazan se retirara de la pantalla con una exhibición de actores: Robert De Niro, Robert Mitchum, Jack Nicholson, Tony Curtis, Jeanne Moreau y Ray Milland formaban parte del reparto. En 1988 Kazan publicó su extensa autobiografía, Elia Kazan: A Life.


 
Entre otras de sus películas selectas, se pueden mencionar: Wild River (1960), la cual marca el empeño más serio de Kazan por moderar su tendencia a sobre dramatizar, lo cual se traduce también en un cambio en el modo de dirigir a sus actores y en las interpretaciones obtenidas. Kazan calificó las actuaciones en este filme como: más relajadas, menos efectistas, menos afectadas. La historia no trataría del hombre fuerte que viene de Washington a echar de su isla a una anciana y a los suyos, sino un hombre inseguro que tiene que enfrentarse con dos mujeres fuertes. Dijo Kazan: Empecé a darme cuenta de que podía enfocar ese papel como el de un intelectual de la gran ciudad, dubitativo y bastante inepto en tanto que trabajador social, que tenía que tratar con personas más fuertes y convencidas de sus propias ideas. Es un drama amoroso protagonizado por Montgomery Clift y Lee Remick, con una actuación legendaria de Jo Van Fleet donde la expropiación de las tierras de una mujer sureña sirve de base a este intenso retrato de la desesperanza. Remick nunca había lucido más bella y con mayor carisma, como en este rol de Carol. Es de notarse la maestría narrativa sobre su contexto, donde Kazan explora la “Gran Depresión” y el aspecto del valor y poder que da la tierra. América, América (1963): Las peripecias de un joven griego que busca salir de Turquía y llegar a los Estados Unidos. Una obra que pretende revelar todo lo que hay detrás del sueño americano, como un proceso difícil y complicado de cumplir, y en donde Kazan también vierte ciertas pasiones personales al ser él también víctima y protagonista de algunas incidencias dentro de ese mismo “ideal”. La cinta quedaría como uno de los mejores referentes sobre la inmigración, pero también sobre las vicisitudes de aquellos del viejo continente que buscan una mejor vida. East of Eden (1955), película dramática, escrita por Paul Osborn, adaptación de la cuarta y última parte de la novela épica homónima de John Steinbeck de 1952. James Dean interpreta a un joven caprichoso que, mientras busca su propia identidad, compite por el afecto de su padre, profundamente religioso, contra su hermano favorito, narrando así la historia de Caín y Abel. En los papeles secundarios aparecen Julie Harris, Raymond Massey, Burl Ives, Richard Davalos y Jo Van Fleet. Primera de las tres para la fugaz y gran carrera de James Dean, otro egresado de la escuela “Kazan” que bajo la protección del director vio su más compleja actuación y quizás sea la comunión más electrizante de Elia con uno de sus actores. Una cinta muy intensa y que siempre tiene a su narrativa en estado de ebullición. A Street carnamed Desire (1951): película de gran nivel cinematográfico y que responde a la concepción teatral tanto de su director como de sus alumnos; la habilidad de Kazan por transformar un solo escenario en una cátedra de dinamismo y planos es excelsa, así como también lo es la primera comunión con su pupilo Marlon Brando en un estatuto doble sobre la gran captación de la degradación emocional–mental en la relación de pareja, una toxicidad que se convertiría en el sello autoral de su dramaturga filmografía. La presencia de la dama tóxica por excelencia, Vivien Leigh, también ayuda en mucha parte a sostener este sistema de emociones girando alrededor de Brando. Sin duda una de las piezas más representativas del drama hollywoodense.



Un punto de inflexión en la carrera y vida de Kazan se produjo con su testimonio como testigo ante el Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC) de la Cámara de Representantes de USA en 1952 en el momento de la lista negra de Hollywood, lo que le provocó fuertes reacciones negativas de muchos amigos y colegas. Kazan testificó dos veces ante el Comité HUAC en 1952. La primera vez reconoció su participación en el Partido Comunista, pero se negó a hablar de la participación de otros. La segunda vez, ante la posibilidad de que lo incluyeran en una lista negra y le impidieran hacer películas si se negaba a cooperar, optó por convertirse en testigo "amistoso" y menciono a ocho antiguos camaradas del Grupo como miembros del partido: Clifford Odets, J. Edward Bromberg, Lewis Leverett, Morris Carnovsky, Phoebe Brand, Tony Kraber, Ted Wellman y Paula Miller.Estos ocho camaradas ya formaban parte de la lista que tenía la HUAC.


Como autor literario también logró el reconocimiento de público y crítica. Aparte de América, América, publicó The Assassins (1972); The Understudy (1974); Acts of Love (1978); The Anatolian (1982); y Elia Kazan: A Life (1989), detalladas memorias por las que desfilan numerosos personajes de Hollywood. En 1999 recibió un Oscar honorífico por su trayectoria cinematográfica. Su presentación estuvo rodeada de polémica, ya que muchas de las heridas causadas por el testimonio de Kazan ante el HUAC seguían abiertas incluso después de tantos años, En respuesta, hubo fuertes protestas contra su elección para el premio y algunos asistentes a la ceremonia de entrega, como Nick Nolte y Ed Harris, permanecieron en sus asientos y se negaron a aplaudir cuando recibió el galardón. Sin embargo, otros se levantaron y aplaudieron a Kazan, como Warren Beatty, Meryl Streep, Helen Hunt, Karl Malden, Kurt Russell y Kathy Baker. Robert De Niro y Martin Scorsese entregaron el Oscar honorífico a Kazan.



El 28 de septiembre de 2003, Elia Kazan murió a los 94 años de causas naturales en su apartamento de Manhattan, Nueva York.
 
El director Stanley Kubrick lo llamó, "sin lugar a duda, el mejor director que tenemos en Estados Unidos, y capaz de hacer milagros con los actores que utiliza". Martin Scorsese codirigió el documental A Letterto Elia (2010) como homenaje personal a Kazan. Sidney Lumet sobre Kazan: "Lo que más me conmueve de su obra es su espíritu pionero. Puso en la pantalla emociones, pasiones. Ese desahogo mediterráneo es responsable de mucho de lo que hacemos hoy". En 1999, Gregory Peck apoyó la decisión de otorgar a Elia Kazan un Oscar honorífico por su trayectoria, diciendo que creía que el trabajo de un hombre debería estar separado de su vida.





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