Carlos Roque
Una intensa campaña nacional convocada inicialmente por la Asamblea Nacional y en su desarrollo con apoyo activo de partidos oficialistas y también opositores, organizaciones empresariales, profesionales y de la sociedad civil culmina el 3 diciembre con la realización de un Referendo Consultivo de cinco preguntas en relación a lo que debería ser la posición venezolana ante la propuesta del gobierno de Guyana (con la presión abierta de la compañía ExxomMobil y el Comando Sur de Estados Unidos), ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya en una inconsulta reactivación de la disputa de Venezuela por sus derechos sobre el territorio Esequibo. El largo conflicto, iniciado judicialmente en 1899 con la aprobación del Laudo Arbitral de París que consagró el despojo de 159.000 kilómetros cuadrados ricos en recursos naturales y forestales siguió con reclamos durante varios años hasta que los alegatos venezolanos fueron considerados por Gran Bretaña y la naciente República Cooperativa de Guyana en el Acuerdo de París de 1966 y, de alguna manera, ratificado en el Protocolo de Puerto España de 1990; y posteriormente en manos de una gestión de “buenos oficios” por el Secretario General de las Naciones Unidas para un proceso de negociaciones y acuerdos.
GEOPOLITICA PETROLERA
En 2015 el descubrimiento de enormes yacimientos de petróleo en la zona y en aguas aún no delimitadas, coincidió con el “Decreto Obama”, ejecutado por el gobierno de Donald Trump que implicó la aplicación de sanciones económicas, la ruptura de relaciones diplomáticas e incluso, el reconocimiento por cuatro años de un gobierno venezolano paralelo. En ese contexto el gobierno guyanés y en especial la gestión del mandatario Irfaán Ali desde 2020, ha endurecido su gestión obligando a los secretarios de la ONU a dejar la medición convenida, recurrir a una Corte Internacional que habría recibido soborno de la Exxom, y violando de esta manera el “Acuerdo de Ginebra”. Al mismo tiempo se facilita la instalación de una Base de Operaciones del Comando Sur y se propician alianzas militares de otros países con la narrativa de un supuesto plan intervencionista de Venezuela.
CONSULTA Y CIJ
Ante el anuncio de la Corte Internacional de iniciar un juicio el venidero mes de abril a instancias del gobierno de Irfaán Ali y su insistencia en rechazar la vía del diálogo, el gobierno venezolano convocó a un Referendo Consultivo previsto en la Constitución para el 3 de diciembre, con cinco preguntas dos de las cuales las referidas al rechazo a la apelación judicial tal como establece el Acuerdo de París y la creación del Estado Esequibo en la frontera en litigio con Guyana, fueron impropiamente cuestionadas por la CIJ. Si bien el gobierno no tenía obligación de someter el cuestionario a la aprobación popular, en este caso lo hizo para fortalecer políticamente las medidas y en el marco de un clima de temprana crispación para la escogencia presidencial de 2024. Justamente, el viernes 1 de diciembre una declaración de la Corte reconocía el derecho del gobierno venezolano a convocar la consulta, rechazando la petición de guyanesa. En todo caso, es una confrontación ya de carácter geopolítico y estimulada por factores internacionales, que habrá de cobrar una impredecible dinámica en los días venideros.
EXXONMOBIL Y EL PULSO CON VENEZUELA
LEOPOLDO PUCHI
En el pulso geopolítico que se libra en torno a Venezuela, es necesario evaluar el efecto de los cambios en curso y los movimientos estratégicos en juego, así como sus posibles repercusiones. Uno de los desarrollos más recientes es la elección de Javier Milei como presidente de Argentina, un evento que podría evocar la reactivación de las tensiones vividas en tiempos del Grupo de Lima durante el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, el actual panorama, con sus variables específicas, resta fuerza a esta expectativa, que podría más bien convertirse en un espejismo.
Otros factores de mayor peso definen la situación actual, entre ellos, el cambio de dirección de la política de Washington hacia Venezuela y la creciente presión desde el flanco del Esequibo, un territorio venezolano donde las compañías petroleras han iniciado perforaciones en aguas no delimitadas.
PETRÓLEO Y GAS
El cambio de la política estadounidense hacia Venezuela comenzó gradualmente tras la llegada de Joe Biden a la casa Blanca. Su enfoque inicial se centró en despejar el camino para el repliegue de las fuerzas políticas internas involucradas en la línea insurreccional, en la búsqueda de su reintegración en la vida política legal y electoral, para así recuperar fuerzas.
Este giro fue acelerado por la necesidad de asegurar el suministro de petróleo y gas al mercado internacional, particularmente afectado por la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia y, más recientemente, por el conflicto del Medio Oriente.
DISCREPANCIAS
Como parte del rediseño de la política de Washington hacia Venezuela, la Casa Blanca ha alcanzado acuerdos en negociaciones con el gobierno venezolano para aliviar un conjunto de sanciones. Estas medidas están destinadas a impulsar la producción de petróleo y abordar la problemática migratoria, un tema de gran relevancia en la política estadounidense.
Es poco probable que estos acuerdos se vean alterados sustancialmente por discrepancias relacionadas con la política interna venezolana. La cuestión de las inhabilitaciones no tiene el potencial para revertir la política global de alivio de sanciones, sino que hace parte del enfrentamiento dentro de la esfera política estadounidense. Es posible que, debido a esto, algunos alivios sean revertidos, pero sin afectar el esquema general.
STABROEKEn la actualidad, la disputa del Esequibo se encuentra marcada por intereses petroleros globales. Desde 2015, ExxonMobil ha desplegado sus operaciones de perforación en el yacimiento Stabroek, situado en aguas que están en disputa territorial con Venezuela. Se estima que este bloque alcance un promedio de 1,2 millones de barriles por día para 2027.
Las reservas totales de petróleo recuperable en las aguas no delimitadas del Esequibo superan los 11.000 millones de barriles y ocupan el puesto 17 a nivel mundial y el tercero en América Latina y el Caribe.
EXXONMOBILCon este telón de fondo, la ExxonMobil se ha planteado la necesidad de resolver la disputa territorial por el Esequibo para evitar problemas legales en sus inversiones. Según un informe de Financial Crime Investigations, Exxon había renunciado previamente, en el año 2000, a sus actividades en las aguas del Esequibo debido a la disputa. El vicepresidente de la filial, G.A Worthington, alegó que la reclamación por parte Venezuela comprometía las actividades de la empresa.
$18 MILLONES
Sin embargo, ExxonMobil decidió regresar cuando confirmó el inmenso potencial de la zona. Para junio de 2017, anuncia su decisión de invertir en el bloque Stabroek, lo que hacía urgente resolver la disputa. Su interés residía en llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia para que no se resolviera en el marco del Acuerdo de Ginebra, en el que participa Venezuela y requiere un convenio amistoso y satisfactorio para ambas partes.
En función de ese objetivo, ExxonMobil entregó en 2017 un bono de 18 millones de dólares a Guyana para “presionar a las Naciones Unidas”.
MILEI
En este panorama global, la figura del recién electo presidente de Argentina, Javier Milei, podría ser vista como una pieza estratégica por los sectores opuestos a la política de Biden, así como por ExxonMobil. Sin embargo, su influencia se ve condicionada por las complicaciones en su propio país, su controversial imagen y los límites que impone el contexto mundial. A pesar de ello, es muy probable que Milei se embarque en una aventura de rupturas diplomáticas, división de la región y expansión de su ideología.