Continuamos desarrollando los elementos que conforman La Sociedad como un sistema, el sistema social
LA SOCIEDAD EN EL ESTADO CIUDADANO (III)
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Carlota Salazar Calderón

Ahora le corresponde a la Cultura Política que, en ciencia política, comprende elconjunto de actitudes, comportamientos y creencias ampliamente compartidas por los miembros de una determinada unidad social o comunidad, donde se anidan los fenómenos sociales como: la indiferencia, el cinismo, la rigidez, la viveza, la división o, por el contrario, la confianza, la solidaridad, la honestidad y el sentido de unidad; hacia el sistema político, gobierno o proceso político.

Que en el marco del concepto general del Estado Ciudadano, que estamos presentando a la discusión, debe ser una cultura democrática, en la práctica de sus valores: inclusión, igualdad, libertad, reconocimiento, pluralidad...; que acepta la decisión de las mayorías, independencia de los poderes públicos... a través de la cual el ciudadano se involucra participando activamente en la vida pública.
 
Dicho así parece muy fácil pero cuando entendemos que la sociedad es una masa amorfa, no en forma peyorativa, sino porque cada individuo vive bajo diferentes circunstancias, necesidades y problemas... Entonces, la pregunta es: ¿Cómo se logra que esos pequeños fragmentos de individuos conformen un gran mosaico democrático?
 
Vamos a reflexionar en este sentido hurgando en la Sociedad venezolana ¿Cómo es su cultura política? Es decir ¿Cómo se comportan los venezolanos frente al sistema político? Que, dicho sea de paso, debe viabilizar una democracia social, participativa, protagónica, descentralizada, solidaria y plural... programada en su constitución.

SOCIEDAD DEMOCRÁTICA

En primer lugar la sociedad venezolana es democrática, lo cual se puede ver con claridad en los estudios de latinobarómetro, cuando a la pregunta “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno” 1995 59,8%; 1996 62,2%; 1997 64,1%; 1998 60,3%; 2000 61,3%; 2001 56,8%; 2002 72,8%; 2003 67,7%; 2004 74,2%; 2005 75,8%; 2006 69,8%; 2007 66,7%; 2008 81,60; 2009 84,7%; 2010 84,1%; 2011 77,3%; 2013 87,3%; 2015 83,5%; 2016 76,8%; 2017 78,2%; 2018 74,5% y 2020 68,6%.

Y con mayor nitidez cuando vemos que aún siendo demócrata está insatisfecha con su funcionamiento, pero no se presta para aventuras golpistas o extremas. Y a la pregunta de latinobarómetro: “¿Diría Usted, que está muy satisfecho, satisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en Venezuela?” Entre nada satisfecho y no muy satisfechos, tenemos que en los años 1995: 60,2%; 1996: 68,3%; 1997: 64,0%; 2000: 43,4%; 2001: 55,2%; 2002: 54,9%; 2003:60,6%; 2004: 54,4%; 2005: 40,9%; 2006: 39,1%; 2007: 39,8%; 2008: 50%; 2009: 51,5%; 2010: 48,1%; 2011: 53,6%; 2013: 56,5%; 2015: 69,8%; 2016: 75,6%; 2017:76,2%; 2018: 86,7% y 2020: 82,7.

Fíjense que pese a estos niveles de insatisfacción, tan altos, prefiere la democracia a cualquier otro sistema. No es un sentimiento constante, pero siempre ha estado presente aumentando en los últimos años, de revolución socialista.

SENTIMIENTO DE DESCONFIANZA

Otro sentimiento que la caracteriza es la desconfianza. Por lo que traigo a colocación los mismos estudios, que cuando a la afirmación de “uno nunca es lo suficientemente cuidadoso en el trato con los demás” 1996: 85.7%; 1997: 87,0%; 1998: 83,0%; 2000: 81,8%; 2001: 81,7%; 2002: 80,4%; 2003: 85,6%; 2004: 81,7%; 2005: 70,3%; 2006: 65,3%; 2007: 68,5%; 2008: 74,7%; 2009: 76,1%; 2010: 74.7%; 2011: 71,4%; 2013: 75,0%; 2015: 84,1%; 2016: 84,8%; 2017: 89,6%; 2018: 91,1% y 2020: 93,9%. Con ello podemos decir, con propiedad, que es históricamente desconfiada.
 
Y no sólo con los demás. Desconfía de las instituciones, de los políticos, de los funcionarios, de la policía... dicen: “llegue quien llegue no me importa, total todos son iguales” “lo que vienen es a robar” “no piensan en nosotros”.
 
Con ello, una constante en nuestro imaginario colectivo en cuanto a los estereotipos de jugar a vivo; la improvisación cuando asumen funciones sin preparación alguna, en el como vaya viendo vamos viendo, filosofía del personaje Eudormar Santos de por Estas Calles; cuando más vale un amigo que la ley, se salta cualquier norma o persona para conseguir un logro inmerecido (pleonexia); privan los antivalores, el oportunismo (…) ponme donde hay, cuánto hay pa’ eso (…); dijera Roberto de Vries: “el hedonismo como misión de vida”....
 
Entendemos entonces, que esa venezolanidad insatisfecha, desconfiada pero democrática se refugió en el individualismo buscando su superación personal en la familia y en los amigos.

CULTURA POLÍTICA

Este concepto que hoy nos ocupa, Cultura Política, ha sido objeto de investigaciones académicas desde mediados del siglo pasado cuando los profesores Gabriel Almond y Sydney Verba, en una reflexión acerca de hacia dónde va la democracia, distinguieron tres (3) tipos de Cultura Política: - parroquial, donde los ciudadanos no tienen interés en el gobierno, ni de quienes gobiernan; - súbdito, los ciudadanos no son participantes del proceso político, sino que lo reciben; - participante, un ciudadano que contribuye con el sistema y se involucra.
 
Si hacemos un proceso lógico de subsunción de las características analizadas anteriormente en las tipologías presentadas por los estudiosos, podemos concluir que el venezolano tiene una Cultura Política parroquial. Comprendiendo que quiere el sistema democrático pero siente que no se preocupa por él. Entonces, como dicen “Juega a Vivo” conformándose con ello una sociedad de cómplices donde cohabitan tirios y troyanos en la búsqueda del bien personal, muy alejados de la política, sin sentido de país.

Cambiar esa cultura parroquial a la participativa, es la tarea de estos tiempos de crisis política, económica y social, que pasa por lo que siempre hemos dicho, y no nos cansaremos de decir, Construir Ciudadanía. Un ciudadano educado, formado para y por la democracia, un ciudadano vigilante de lo que es de todos, que se organice y que piense en su país, de la mano de un Estado que incluya a La Sociedad como una institución, a la vez, de su sistema.




 

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