Es un thriller alejado de lo convencional, en el que la sátira, la comedia, el suspenso y la violencia se confunden con suma facilidad
FARGO 1996
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Francisco A Casanova S
Hermanos Coen (Ethan y Joel)
Al inicio observamos un plano absolutamente blanco y aparece un vehículo como surgiendo de la nada, el cual se dirige hacia otra nada. Cuando el plano se vuelve de nuevo plenamente blanco aparece el título de la película: Fargo, obra maestra de los Hermanos Coen, estrenada en 1996 y dirigida por Joel Coen; guión de Joel Coen y Ethan Coen; con Roger Deakins como director de fotografía, música de Carter Burwell y un extraordinario casting compuesto por Frances McDormand (Marge Gunderson), Steve Buscemi (Carl Showalter), Peter Stormare (Gaear Grimsrud), William H. Macy (Jerry Lundegaard), Harve Presnell (Wade Gustafson), Kristen Rudrud (Jean Lundegaard), John Carroll Lynch (Norm Gunderson) y Steve Park (Mike Yanagita). "Fargo" se desarrolla en el gélido paisaje invernal de Minnesota y Dakota del Norte y captura el corazón y la cultura de esos estados a través del diálogo, de personajes contundentemente convincentes y porque los hermanos Coen son de Minnesota y ese telón de fondo sirve como un personaje por sí mismo.
Alejandro G. Calvo sostiene que “la década de los 90’s fue una gran década para el cine criminal norteamericano: el neo noir, una vertiente desmitificadora del género clásico, el cine negro o film noir, que en manos de cineastas como los hermanos Coen, Quentin Tarantino, Martin Scorsese y Abel Ferrara, da la vuelta a sus formas para tornarse o más violenta o más satírica, o más exagerada o más oscura o más extraña, en función del cineasta que la trabajara y sus ejemplos destacados son: Goodfellas del 90 de Scorsese, Point Break del 91 de Kathryn Bigelow, Pulp Fiction del 94 de Quentin Tarantino, Heat del 95 de Michael Mann, The Usual Suspects del 95 de Bryan Singer, The Funeral del 96 de Abel Ferrara, Crash del 96 de David Cronenberg y Lost Highway del 97 de David Lynch. Todas ellas aproximaciones al cine negro, ya sean desde el thriller desde el Policíaco, desde el cine de gangstersy todas ellas indisociables de su dirección porque todas son cine de autor. Es en ese contexto cuando los hermanos Coen estrenaron “Fargo en 1996” y confirmaron con este film que estaban llamados a ser dos de los cineastas que más huella han dejado en el cine americano moderno; no respetaron las normas preestablecidas y mostraron una parte de la realidad que habitualmente no vemos en cine con unos personajes antológicos y tremendamente atípicos.
“Fargo” nos presenta a un vendedor de vehículos acorralado, llamado Jerry Lundegaard (William H. Macy) contratando a dos hampones (Steve Buscemi y Peter Stormare) para secuestrar a su esposa. Está endeudado y necesita desesperadamente dinero y gracias al secuestro confía que su acaudalado suegro (Harve Presnell) proporcione el dinero para el rescate, del cual el repartirá con los secuestradores obteniendo tajada mayor. Este personaje, extraordinariamente interpretado por William H. Macy, está bajo el control de su suegro, dueño de la agencia de automóviles donde Macy trabaja y lo trata como a un fracasado. Todo parece simple, excepto que todo sale mal con situaciones completamente imprevistas, que fuerzan la intervención de la policía local de Brainerd, Minnesota cuya jefa de policía es una mujer embarazada llamada Marge Gunderson (Frances McDormand).
“Fargo” es un thriller alejado de lo convencional, en el que la sátira, la comedia, el suspenso y la violencia se confunden con suma facilidad. Su ritmo narrativo, sus peculiares personajes, la magnífica fotografía de Roger Deakins y unos actores en estado de gracia hacen de Fargo una película única e imprescindible. La importancia de un sentido de realismo se puede escuchar no solo en la conversación, sino también en la simplicidad de la cinematografía. Mediante unos personajes que son tan irreales como de carne y hueso, los Coen se introducen en la estupidez humana trazando una historia desoladora y violenta que nos acerca a un mundo estrambótico y ruin desde un punto de vista corrosivo. La fantástica manera con la que juegan los hermanos Coen con el paisaje, con los tiempos narrativos, los excelentes actores y la banda sonora de Carter Burwell, hacen que Fargo sea una experiencia única, una película irrepetible que tiene un arranque tan solo superado por su excelente final. Un clásico del cine. La fotografía de Roger Deakins con un excelente uso de blancos que a veces hacen que los personajes parezcan moverse a través de un sueño y las carreteras que desaparecen tragadas en un vacío nevado dan una sensación constante de distancia y territorio inexplorado, sin horizonte el cual es borrado con la utilización de la niebla de tal forma que todas esas carreteras no tienen final, no tienen escapatoria. La fotografía de Roger Deakins elimina cualquier tipo de frontera, no hay ni norte, ni sur. La puesta en escena nos transmite dos sentimientos muy poderosos, el primero es el frío, hay nieve por todas partes y el segundo es la soledad, sus espacios vacíos sin gente. Los espacios para los Coen son importantísimos, dan carácter y profundidad a la historia. Igualmente es la primera vez que los Coen sitúan la acción de la película en su tierra natal, y con los descendientes de las familias emigradas de Escandinavia. De ahí los apellidos de los protagonistas: Gunderson, Showalter, Grimsrud, Lundegaard, Gustafson. Los Coen combinan en Fargo elementos del film noir y lo macabro. Cuando los eventos se vuelven mortales, los Coen mantienen su énfasis en los detalles picantes y extraños y dejan que su estado de ánimo permanezca increíblemente ligero. "Fargo" es un cuento criminal en el que se ve el pie de alguien sobresaliendo de una trituradora de madera y los Coen pueden presentar esa imagen para que su característica más destacada sea el calcetín blanco de la víctima. A medida que "Fargo" desarrolla el secuestro y sus consecuencias, a veces se vuelve espeluznante con la aguda ferocidad que es otro elemento básico del estilo negro de los Coen. La violencia es tan rápida que parece caricaturesca, pero no hay duda del hecho de que esta historia es fundamentalmente sombría.
La belleza de la película está en el sutil detalle del diálogo y las actuaciones. La trama en sí es una contradicción. Es en la superficie un drama criminal neo-noir, pero la historia está llena de giros, y la ley parece estar firmemente al mando de la situación. La ley es la presencia más empática de la película. Es una comedia negra inteligentemente construida y perversamente ejecutada sobre la rareza inherente de las personas, una sátira que refleja cómo los grandes e inevitablemente fallidos gestos no son rival para la mezquindad y la estupidez de la humanidad.
"Fargo" tiene como pieza central a la desenfadada Marge Gunderson (Frances McDormand), la jefa de policía rural que Jerry Lundegaard (William Macy) merece. Con una blusa con volantes o un sombrero con orejeras, caminando intrépidamente por la nieve para investigar escenas espeluznantes del crimen, Marge es la detective as de esta película, así como lo más cercano a un ser moral y embarazada, características que seguramente deben ser únicas en la historia del film noir. Frances McDormand, esposa de Joel Coen y una de las actrices más talentosas del Cine, es quien humaniza la película, frente a la incompetencia de los hampones y el ingenuo cinismo de Jerry Lundegard (William Macy).
El reparto de "Fargo" es poco convencional. Pero funciona en la creación de un universo humorísticamente monótono donde los personajes secundarios hacen cosas torpes e inexplicables. Marge Gunderson después de visitar el lugar del asesinato, reconstruye el crimen correctamente, lo que la lleva a la oficina de Jerry Lundegaard. "Soy un oficial de policía de Brainerd", le dice, "investigando alguna irregularidad". Jerry, brillantemente interpretado por Macy, es un hombre agobiado por las complejidades insolubles de la situación en la que se ha metido. Es tan incompetente en el crimen que, cuando el secuestro se vuelve innecesario, no puede llamar a los secuestradores, porque no sabe su número de teléfono. Está siendo molestado con llamadas persistentes de General Motors, preguntando sobre el número de serie ilegible del automóvil usado para el secuestro. Macy crea la agonía insoportable de un hombre que necesita pensar rápido, y cuyo cerebro está revuelto por el miedo, la culpa y la loca ilusión de que de alguna manera todavía puede lograr eso.
Las actuaciones de William H. Macy y Frances Mc Dormand proporcionan un aire de sinceridad al guión. Cada palabra se siente como si fuera extemporánea en lugar de rígidamente preparada. Es un ejemplo de buena narración y un guión magistral. La actuación de William H. Macy es una implosión de miedo y frustración. Su plan es patético. Encuentra a los secuestradores de tercera mano. Él no sabe nada de ellos.
Joel David Coen nació el 29 de noviembre de 1954, y Ethan Jesse Coen, el 21 de septiembre de 1957, ambos en Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos. Hijos de Edward Coen, profesor de economía de la Universidad de Minnesota, y de Rena Neumann, profesora de historia del arte de la Universidad St. Cloud State, proveniente de una familia judía ortodoxa de origen letón. Desde muy temprano mostraron interés por el cine filmando con una cámara Super-8 películas caseras con amigos. Joel entró en la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York y, tras graduarse, trabajó como editor asistente en películas de terror de bajo presupuesto. Ethan, estudió filosofía en la Universidad de Princeton y después de graduarse, se unió a su hermano en la ciudad de Nueva York comenzando a escribir guiones para productores independientes. Sus inicios cinematográficos fueron a principio de los años 1980. Joel trabajaba por entonces como asistente de montaje y Ethan como guionista en la serie policiaca Cagney & Lacey. En sus obras combinan elementos de comedia y drama, aparecen personajes excéntricos inmersos en tramas complejas en las que se combinan géneros con humor mezclado con violencia, presentando películas con estilo propio y libertad creativa muy bien acogidas, tanto por el público, como por la crítica. Ejemplos de ellas son: Blood Simple (1984), Raising Arizona (1987), Miller's Crossing (1990), Barton Fink (1991), Fargo (1996), The Big Lebowski (1998), O Brother, ¿Where Art Thou? (2000), The Man Who Wasn't There (2001), No Country for Old Men (2007), True Grit (2010), Inside Llewyn Davis (2013). Uno de sus primeros reconocimientos fue por Barton Fink (1991), con una inolvidable actuación de uno de los actores más finos del cine: John Turturro, filme por el que recibieron la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Tras el éxito en 1996 de Fargo, recibieron el Premio del Festival de Cannes al mejor director, el Oscar al mejor guión original y el BAFTA al mejor director entre otros. Con No Country for Old Men, ganaron tres Oscar, un Globo de Oro, y un BAFTA. Los hermanos Coen son conocidos por su inusual proceso de escritura, en el que no sólo evitan los esquemas, sino que ni siquiera se preocupan por saber cuál es la historia o quiénes son sus personajes antes de empezar a escribir sus guiones. Simplemente empiezan a escribir cualquier escena que se les ocurra y que les parezca interesante. Luego, si se les ocurre una idea interesante para la siguiente escena, la escribirán, y luego otra, y así sucesivamente hasta que tengan un primer borrador, descubriendo por el camino cuál es la historia. A continuación, lo revisan a fondo hasta que creen que tienen un guión que se puede rodar. Por este motivo, a menudo se bloquean a mitad de un guión y, mientras tanto, empiezan otro para seguir siendo productivos. Por ejemplo, la totalidad de Barton Fink (1991) se escribió mientras luchaban contra el bloqueo de Miller's Crossing (1990), y las primeras 40 páginas de The Big Lebowski (1998) se escribieron mientras estaban atascados con Barton Fink (1991).
Los hermanos Cohen generan unas expectativas argumentales que suelen dinamitar desde su propio epicentro. El ejemplo claro es el momento cuando el suegro de Jerry va a pagar el rescate al personaje de Steve Buscemi. ¿Sale bien?, se logra la entrega de la secuestrada?, es imposible que salga bien. Los Coen tumban las expectativas del espectador y el mejor ejemplo de todo ello en Fargo es la secuencia de la matanza en la carretera. Como espectador en este tipo de secuencias se desintegra la moral, una diferencia básica entre lo que tú quieres y esperas y lo que ocurre.
Los hermanos Coen lograron con Fargo un grandísimo ejemplo del mejor cine criminal contemporáneo, un retrato cruel y salvaje sobre la codicia humana que, gracias al humor, pasa suavizado al espectador y fue su mayor éxito. La película se presentó ese año en el Festival de Cannes, que ya habían ganado La Palma de Oro por Barton Fink y ganó a mejor director y obtuvo 7 nominaciones a los Oscars por mejor película, mejor actriz en un papel principal, mejor actor en un papel secundario, mejor director, mejor guión escrito directamente para la pantalla, mejor fotografía y mejor montaje, obteniendo la estatuilla a mejor actriz y mejor guión.