Esta columna es una recopilación de varios escritos en chats de WhatsApp en la última semana
EL LADO OCULTO DE LA FUERZA DARTH VADER PRESIDENTE
      A-    A    A+


Kico Bautista

Son parte de un debate que anda en camino. Respuestas a muchas etiquetas y ataques implacables. También a las opiniones de amigos muy queridos.
 
Hay gente que opina cosas muy feas sobre mis posiciones acerca del radicalismo y su candidatura más emblemática. Creen que obedecen a un acto innoble, a especie de acto de conversión diabólica, a la venta de mis opiniones. Todo eso me resbala. Soy lo que soy y no lo que dicen que soy.
 
Otros si esgrimen argumentos y esa es la pretensión. Discutir hacia dónde vamos. Hay amigos que sostienen que al polemizar con nuestra Margaret Tatcher criolla le estamos haciendo un favor. Nos reclama que hemos fortalecido su candidatura. Sostienen qué hay que ignorarla. Mantenerse en silencio y dejar que la inhabilitación la seque y desaparezca cuál Guaidó, Carmona y demás antecedentes por el estilo.
 
Muchos argumentan a favor de la unidad con muy buena intención. Mientras que una fracción de opositores moderados afirma que nada es peor que Maduro y que cualquiera sirve mientras enfrente al gobierno. También hay quienes me recuerdan que de tanto enfrentar al radicalismo nos hemos vuelto uno de ellos, un monstruico pues.


 
En fin, recoge un debate muy necesario y al que me niego a renunciar. El país necesita salir de las posiciones más extremas que han caracterizado los últimos años y superar la crisis política que es la base de la crisis general que afecta la vida de los venezolanos desde que se acabó la plata.
 
Para salir del estancamiento económico hay que estabilizar el funcionamiento de la democracia. Generar confianza en el sistema electoral para que por esa vía definamos quién manda, a quien le toca ser oposición sin necesidad de continuar en el esquema de confrontación inflexible y cerrado que ha conducido al país a tanta mala vida.
 
Si dejamos de vernos como enemigos no hay razones para seguir en esta especie de guerra en la que vivimos desde hace rato. No necesitamos querernos ni claudicar en las convicciones que cada uno tiene para estabilizar el país.
 
Nada de sentir agresión cuando alguien difiere de nuestro esquema de valores o refuta nuestras posiciones. El debate democrático no significa ninguna ofensa a nuestra personalidad o a nuestras creencias. Somos diferentes y eso hay que reconocerlo.


 
Estamos en tiempo de cambios muy rápidos. La tecnología avanza y genera nuevas maneras de relacionarnos. No tiene sentido oponerse al avance de lo digital que nos mueve hacia escenarios nuevos e impredecibles. La flexibilidad frente a lo diverso es la clave, la verdad de estos tiempos.
 
Si las instituciones funcionan. Son eficaces y justas. Un punto de partida similar para todos. Si hay justicia en vez de venganza podemos lograr la estabilidad suficiente para que la alternabilidad deje de significar un peligro. Desmontamos la idea de la venganza.
 
Hay que pensar en la gente que apenas sobrevive en medio de tantas carencias. Los más pobres son los más afectados y requieren de la solidaridad del liderazgo para que en vez de sufrir vivan una vida mejor. La felicidad no es un imposible.
 
De manera que poco importan las descalificaciones. Este debate sobre los extremos y su influencia negativa en nuestras vidas es impostergable. La decisión de dar la discusión sin chantajes o etiquetas es en nuestro caso una postura firme y pretendo trasmitirla con la mayor pasión y emocionalidad posible.
 
La fuerza es argumento de la guerra, de lo militar. Nuestro argumento es civil. Nuestras armas son las ideas, el razonamiento, la búsqueda de la verdad y de lo justo. No hay otro camino que el voto y el que pretenda cualquier atajo debe ser sometido al debate público sobre sus verdaderas intensiones. La opinión pública debe reconocer quienes están poseídos por Darth Vader, por el lado oculto de la fuerza y quienes están con los Jedi en su lucha por mantener La Paz en la galaxia.

CHATS 1. LA SEMANA PASADA

Durante los últimos años hemos montado chats, convocando a no sé cuantas reuniones buscando ponernos de acuerdo y eso ha sido arar en el mar. Todo ese montón de candidatos es expresión de un proceso de segmentación propio de la derrota. Las visiones qué hay sobre el cambio son distintas y están llenas de culpas. No se ha obtenido la victoria porque este o el otro traicionó, se vendió o se retiró de la calle cuando hacía falta. La política se ha reducido a problema de terquedad y no de cerebro.
 
Revisando los sopotocientos chats donde me han y me he metido, veo unas tendencias muy predecibles frente al tema de las inhabilitaciones. Unos piden tomar al país por asalto, otros unidad detrás de María Corina y la mayoría salirse del juego electoral tramposo; ya. Hay una respuesta fundamentalmente emocional como de costumbre. Pocos debaten sobre cómo se movió el gobierno. Como cambio los rectores e implosionó el CNE para que no hubiera primarias con ayuda o la legitimidad del máximo organismo electoral.
 
Los radicales celebraron lo ocurrido porque se sentían beneficiados y lo que venía era el voto manual. En tiempo récord aparece la inhabilitación de la señora Machado y, lo extraño, es que se trata de un sorpresa.
 
La lógica de la jugada no se discute. Solo su legalidad. Nadie recuerda, al parecer, que es la misma puesta en escena de todos estos años. El mismo aplique a Leopoldo López, Capriles o al revocatorio en las dos fechas últimas en que fue convocado. Un estilo de hacer política.
 
La verdad es que con el discurso de la candidata de Vente no había otra camino que lo ocurrido. Te guste o no. Como dice Luis Vicente León esa es la realidad. No la dejaron ni siquiera llegar a finales de octubre, fecha de la primaria.
 
Todo para que ocurra exactamente lo que está pasando. El ambiente tormentoso que puebla a los sectores de oposición es una construcción del gobierno y debe terminar en una nueva frustración para la gente que aspira el cambio. Una nueva derrota como la de Guaidó o de las no sé cuantas convocatorias a la calle de todos estos años.
 
Aunque no se diga, nadie lo declare, debe haber cierta alegría, muy disfrazada de solidaridad, con la tarjeta roja que le sacaron a la Dama de Hierro en el viejo o nuevo liderazgo.
En algún momento aparecerá la ineludible verdad. Dictadura no sale con arrechera ni con amenazas. Se necesita pensar para inventar una ruta que no pueda ser interceptada. Una política inteligente que una en vez de dividir. Urge la aparición de un liderazgo que conduzca la lucha hacia el éxito y no hacia lo mismo de siempre. Sin embargo, la comunicación en WhatsApp en estos días está llena de puras etiquetas.
 
A esa reunión es la que estamos convocando. A la fría y honesta reflexión. Con los pies en la tierra y sin dejar de señalar que las inhabilitaciones y demás jugadas son contrarias a la constitución y al sentido de justicia que acompaña a la democracia.
 
Con o sin tristeza la discusión no es cuando llamamos a la abstención o a la calle. Ya basta. La convocatoria es a pensar, como decía Enrique Amendoza: “duélale a quien le duela”



CHATS 2. TAMBIÉN LA SEMANA PASADA
 
Recomiendo lean los chats de respaldo a María Corina. Hay ataques al G3 por todos lados. Los acusan de cómplices del gobierno. La unidad es seguir a la Dama de Hierro como líder de la oposición. Los llamados a la calle son mayoría. La etiqueta de “alacranes” y “colaboracionistas.” Se repiten y apuntan a todos lados. Nadie habla de reunirse con el resto de la oposición o de un debate sobre lo ocurrido.

CHATS 3. A COMIENZOS DE ESTA SEMANA

El guión vuelve otra vez. Para los que creen que solo la unidad salva, que cualquier cosa es mejor que Maduro, allí viene la misma película de todos estos años y segurito el mismo final. ¿Es inevitable tan lamentable destino?

Hay que poner a circular y con urgencia, un debate que nos saque de esta rutina de locos. La “fuerza” es un argumento militar, de la guerra. Nosotros somos civiles y nuestra arma es el voto. La lucha es por convencer con los mejores argumentos. No se trata de imponer por la vía de los hechos un único camino y eterno camino.
 
Ya Maduro alertó a las FAN sobre una nueva conspiración en su contra. La señora Machado dejó claro que va hasta el final y que los militares tienen que cumplir su papel.
 

 
El mismo esquema del 11 de abril repetido ya no sé cuantas veces y que siempre termina por atornillar al gobierno.
 
Seguro que detrás del plan de la Dama de Hierro tienen las manos metidas los americanos y esta narrativa del “coraje”, de la “fuerza” y hasta “el final” es el nuevo cuento que sustituye al “Mantra” que repitió Guaidó hasta el cansancio.
 
Ya deben estar los cubanos, iraníes, rusos y demás aliados de la geopolítica preparándose para este nuevo capítulo de la Confrontación.

No se trata de escoger entre la dictadura y la libertad. Responder a quien quieres más entre Dios o el Diablo. Esos son falsos dilemas. Esas simplezas, esas mentiras, esconden un juego que ya hemos sufrido y del cual se puede sacar como conclusión que ninguno de estos protagonistas sirve para sacar el país adelante. Los dos son culpables de la crisis y de la mala vida de los venezolanos.
 
Ahora que la señora Machado quiere que la aclamen y pasar a sustituir al G4, su verdadero objetivo, está en juego. Pero, esa no es la única puesta en escena. Hay que luchar con todas las fuerzas por lograr un candidato por consenso que impida que se pierda, otra vez la enorme oportunidad que representa el 2024.
 
Hay que convocar a todos los demócratas, a quienes creemos que solo a través del voto se puede ganar, a superar de una vez y para siempre el radicalismo y sus trucos emocionales, de cuento macabro de la necesidad de la venganza.
 
No hay más salida que salirnos del esquema del conflicto y producir un debate sobre cómo sacar al país de la crisis. Trabajar por un clima de tolerancia que permita la reinstitunalización. Entender que la estabilidad, el respeto a la constitución, es una manera inteligente de hacer posible la alternabilidad.
 
Hay que tomarle la palabra a Petro, a Lula y ayudar a mover a Maduro hacia la democracia y no hacia el esquema de Nicaragua. Prenderle velas para que el G4 llegue a un acuerdo con el gobierno y salgamos de tanta inestabilidad. Los que más sufren son los que menos tienen.
 
Las amenazas de violencia contra el oficialismo van a unificar al chavismo y seguro pondrán al mando del proceso al sector radical, como de costumbre.
 
Por el camino que propone la señora Machado veo venir más y más conflictos. Tensiones, violencia e inestabilidad. Más gente presa, inhabilitados y perseguidos. Como a Guaidó, a María Corina no la tocarán ni con un pétalo de una rosa. La excusa será la de siempre, el gobierno se defiende de quienes lo quieren tumbar y los que conspiran para llegar a Miraflores que el “régimen” los persigue.
 
No hay que ser ningún vidente para imaginar lo que supone este nuevo episodio de la confrontación para la economía y la vida de los venezolanos.
 
Cuando Mandela logró su libertad se dirigió a su casa donde había una concentración. Estaba Winnie, su esposa, vestida de verde con varios escoltas armados hasta los dientes. Su discurso era la lucha armada.
 
Mándela saludo y sin decir nada se metió en su casa. Cuando llegó Winnie le dijo: Tú y yo nos vamos a divorciar. Nuestros caminos son diferente”
 
No más concesiones al extremismo. “Ya está bueno ya” como decía Petkoff. Seguir repitiendo el mismo error es la razón por la que perdemos una y otra vez.
 
Cuando Carujo se alzó contra Vargas le dijo: “ el mundo es de los valientes...". El Primer Presidente civil de la República le respondió: “El mundo es del hombre justo”

CHATS 4. EL MARTES

Hay un error en pensar que la señora Machado no hay que enfrentarla. Fíjense, ya Mercosur tiene un lío interno por la invitación que le hacen la cantata de Vente a hablar en su seno. Si revisas las reacciones que hay en la geopolítica con la inhabilitación de la Doña verás que la derecha continental vuelve a cohesionares en torno a la denuncia del discurso de la “dictadura”. Eso significa pedir más sanciones y mantener aislado al gobierno “comunista” venezolano. Tal cual advirtió Lula a Maduro.
 
No es el gobierno de Biden quien está detrás de todo este plan sino sus adversarios internos. Es el preámbulo a la campaña electoral del 2024. Al tema venezolano le van a meter candela los republicanos.
 
En todo lo que llevo investigando sobre las comunicaciones en la red hay una conclusión muy clara. Si te atacan y te callas cedés, pierdes. Si tu actitud es el silencio o pasar a la defensiva, es allí cuando las etiquetas funcionan. La ausencia de debate es la muerte de la democracia, su crisis. Estas tendencias a la simplificación, a la polarización emotiva, a la negación de la verdad fortalecen los discursos más radicales.
 
Es obvio que el G3 está pegado contra la pared. No saben qué hacer. Mientras María Corina vende la “fuerza”, el “coraje” como sus principales argumentos, Rosales calla y Capriles entra en un proceso de reflexión público sobre sus actuaciones políticas del pasado. El macho alfa es la Señora Machado. Sus adversarios en la oposición son “débiles” mientras ella no le tiene miedo a nada.
 
La única manera de convencer al país de que este nuevo episodio de la guerra entre izquierda y derecha criolla no tiene sentido, es debatiendo, no el silencio. Convenciendo con los argumentos más justos a la opinión pública. Con contenidos que expresen las necesidades de la gente y no los egos de los políticos.
 
Puede que alguna gente no tenga idea para donde va el asunto. Pero, en el mundillo de lo político todos saben cuál es el guion de esta película, ya la hemos visto muchas veces y es mala.
 
A varios amigos les molesta mi terquedad, la insistencia en oponerme a los radicales sin medias tintas. Es algo que he venido pensando desde hace mucho tiempo. Digamos que parte de la reflexión que me ha llevado a cambiar de manera tan diferente a lo que fueron mis actuaciones anteriores. He llegado a la conclusión de actuar con firmeza y salirme de esta arena movediza que significan esos discursos tan extremos, tan cerrados y que constituyen la teoría que nos ha llevado fracasar todos estos años.
 
Hay que moverse hacia el centro y encontrase con la mayoría del país que se encuentra luchando por sobrevivir. Según Luis Vicente León, en la más reciente encuesta de Datanalisis que todavía no ha salido a la calle, el rechazo a la política subió a 76%. ¿Entonces como es que la Margaret Thatcher criolla es un sentimiento arrollador en el país?

CHATS 5. HACE UNOS DÍAS

Queridos amigos. Qué bueno que tratemos el tema. No coincido con quienes sostienes que el gobierno es lo peor y eso es lo más importante, lo que concluyente, lo que debería definir nuestras actuaciones.
 
Aquí hay varios responsables de lo ocurrido, de nuestra tragedia de hoy. No solo hay un responsable. La confrontación de Chávez la compraron los extremistas. La hicieron suya y eso los hace parte del problema.
 
Cuando se piden sanciones, la política es generar más crisis, aislar al país y paralizar nuestra economía para que un golpe militar, un factor externo acabe con el gobierno, la culpa es compartida. Hay unas responsabilidades que no se pueden tapar bajo el argumento de que Maduro es lo peor. No es un una ligereza cuando Donald Trump dice que venían por el petróleo y ese era el principal objetivo de su política al respaldar al Interinato.
 
Esa confesión pone a todos los que respaldaron a Guaidó en la obligación de pensar en voz alta, de fijar posición frente a semejante declaración.
 
La soberanía es un tema fundamental. Ciertamente el gobierno de Maduro no ha resuelto los problemas más importantes de los venezolanos. Pero, no se trata de escoger entre lo menos malo. En responder a quien quieres más a mamá o a papá. La oposición radical ha sido insensible frente a los dramas de la gente. Se ha concentrado en el tema del poder y no en la construcción de una mayoría que encause el rechazo al gobierno y lo convierta en votos.
 
Los radicales se comportan muy parecido al oficialismo en lo interno del universo opositor. Actúan sin que les importe la gente, no consultan ni explican nada. Recordemos una carta firmada con 72 diputados de la AN 2015 en la que pedían a Guaidó discutiera con la asamblea sus planes y nos los impusiera sin debatir. La política que acabó con la dirección de Ramón Guillermo en la MUD fue un plan para imponer la salida 1 y la formación de un liderazgo distinto al de Henrique Capriles. Fue por esa vía que apareció el G4 y a la larga el G2. No fue un debate. Fue una imposición por la vía de los hechos. Una conspiración que en nada tenía ver con el país y sus expectativas.


 
La formulación del Interinato se hizo en Washington. Story llamaba a los diputados y los amenaza con quitarle la visa sino hacían esto o aquello. María Corina se dedicó a disputarle el liderazgo al G4 planteando políticas más extremas. Resumiendo, hay en el discurso radical unas culpas que no se pueden ocultar. Unos errores repetidos que ameritan una importante reflexión porque siguen como si no hubiera pasado nada.
 
Nosotros, mis queridos amigos, tenemos una vida con unos principios, con unas ideas base que le dan sentido a todo lo que hemos hecho. No se trata de volvernos conservadores porque Maduro es comunista y dejar de pelear por los más pobres para que no nos etiqueten como izquierda.
 
De reaccionar con odio frente a odio oficial y caer en los chantajes de liderazgos como el Leopoldo López donde lo ideológico es lo único que importa. ¿Y las colas de la gasolina, la fallas de luz y el agua qué?

No coincido con esta revolución conservadora con su visión autoritaria del Estado y con su ineficacia en la función pública. Igual con los Trumpcistas criollos y sus discursos de odio e intolerancia. Como será la cosa que Henrique Capriles declaró en estos días que en la oposición ha apreciado un numeroso grupo de seguidores del enloquecido magnate americano.

No es un tema siquiera local este asunto de lo verdadero y de lo falso. De lo simple y lo diverso. La democracia está en crisis en todo el planeta. Los problemas de la gente han dejado de ser lo fundamental y entonces las posiciones de izquierda o derecha, determinen por quien voto. No importa si resuelve o no los problemas.

La necesidad de un debate público con estos extremistas atrincherados en las redes es decisiva. El radicalismo de Izquierda y el derecha, al final termina siendo parte del mismo cuento. Hace falta una reflexión política que se reencuentre con la diversidad y el sentido de lo justo, con lo humano y necesario.
 
Creo qué hay que hacer como el MAS cuando se separó del partido comunista. Lo mismo que Betancourt cuando escogió un camino distinto a los dogmas marxistas y planeó un plan de desarrollo parecido a las necesidades de los venezolanos y a su idiosincrasia.

Es el debate sobre nuestras diferencias la que pueda abrirle camino al país. Hasta ahora ha fracaso la intención del Centro Carter, la OEA, el Vaticano o los noruegos tratando de ubicar que nos une. El reconocimiento a la diversidad es lo que nos puede traer estabilidad. No este silencio, está complicidad con unas ideas que uno no comparte y son elementales. La colonización de la sociedad de los socialistas criollos y la hegemonía autoritaria propuesta por el liderazgo de los extremistas no son la salida, más bien el mismo callejón de siempre.

Es una emoción positiva, una reflexión amplia, nueva, de la Paz y no la guerra la que le puede abrir camino al cambio. Los hippies no eran nada más que unos drogos come flores. Sus posturas, su coherencia, sus luchas y consignas ayudaron a cambiar el mundo. Mandela o Ghandi no eran débiles, todo lo contrario. Hay un fondo en todo este debate y hay que ponerlo en primer plano. A quien más le conviene la polarización es al oficialismo. Puede cohesionarse internamente y culpar a la derecha de sus errores otra vez.

CHATS 6. AYER

En la teoría del juego por lo general no hay solo dos competidores. Hay varios, muchos, todo depende de los escenarios.

Puede un jugador aliarse con otros para vencer a un competidor en particular. Rómulo Betancourt, por ejemplo, cuando regresó del exilio se encontró con 3 grupos que lo adversaban dentro del partido. Estaba en franca minoría dentro del CEN.



Primero se sacudió al MIR. Después se alió con Prieto y Paz Galarraga para quitarse de encima a Ramos Giménez. Después acabó con estos dos que terminaron fundando el MEP.

Ninguno de estos grupos era un enemigo externo. Habían peleado juntos contra la dictadura. Pero, la visión sobre el porvenir, el qué hacer según decía Lenin, planteaba un tipo de políticas distintas a las que representaban estos sectores. Betancourt no dudó en romper con ellos. En 1968 la división le costó a los adecos el poder. Caldera le ganó a Gonzalo Barrios por apenas 30 mil votos. Prieto sacó casi 800 mil votos.

En la división del PCV confluyeron varias tenencias. Maneiro no quería que Pompeyo y los suyos formaran parte del nuevo partido y por eso montó tienda aparte, la Causa R.

Cuando Teodoro Petkoff le planteó a Pompeyo Márquez la división del PCV hubo un intenso debate. Pompeyo me llegó a decir que él no estuvo muy convencido de abandonar el viejo partido y que la decisión le costó mucho asumirla. Ambos fundaron el MAS y lo abandonaron muchos años después cuando los masistas apoyaron a Chávez.

No hay un esquema rígido para resolver cuando, teniendo un mismo adversario, las diferencias internas plantean si hay que andar juntos o separados con otros factores que coinciden en el mismo objetivo.

Cuando lo que nos une es el enemigo, la unidad es frágil. Se trata de muchos sacrificios que, sin tolerancia, sin diplomacia, son difíciles de llevar. Si no hay respeto o se comparte la toma de decisiones, la unidad es una mentira que se desbarata por quítame está pajita.

En nuestro caso, el radicalismo no trata a la oposición democrática con ningún cariño. Cada vez que les ha toca dirigir la política, excluyen y etiquetan a quienes tienen posiciones distintas a las suyas. No consultan nada. ¿A quien le consultó Guaidó su juramentación como “Presidente Interino”?. La oposición radical actúa como el gobierno, son ambos “Hegemónicos”.

Cuando hemos ido a elecciones hemos avanzado siempre. Luego, vienen los extremistas y con la poca o mucha fuerza que acumulamos, nos conducen a las salidas de fuerza.

Pierden y volvemos a una especie de rutina muy esquizofrénica. Como un perro que da vueltas mordiéndose la cola. Mis queridos amigos, ya también de tanto uso, he llegado a la conclusión que esas dinámicas no tiene ningún sentido mantenerlas.

Son como algunos noviazgos, esas mujeres que cuando uno apenas las ve se vuelve loco. Con los años se aprende a decirle NO a la aventura. En el álbum de recuerdos que es la vida, ya uno tiene esa barajita y hasta repetida. Se sabe que esa relación va a terminar en un conflicto apenas con el olfato y se evita.

Eso del mal menor, nos ha puesto a mantener una relación que no solo es desigual, donde no hay respeto, que es ofensiva y a la vez humillante. Tampoco nos ha llevado al éxito.

Hay veces que hay que divorciarse aunque duela. Las relaciones se vuelven tóxicas. Ha llegado la hora de separarnos del radicalismo. Debemos intentar un final distinto al que presagia María Corina para el 2024. Hay que intentar ganar y no volver a los discursos de guerra o a la abstención.

Por donde ella va, no hay ninguna posibilidad de victoria. La mayoría no está en ese mundillo que se masturba en sus propias mentiras y equivocaciones. El “coraje” no es el argumento fundamental de la política.

El 76% quiere una política diferente, no la repetición de los mismos discursos erráticos, vacíos de contenido de todos estos años.

Bajo ningún concepto hay que seguir la ruta del fracaso.

No voy a argumentar las diferencias que tenemos con Maduro. Coincidimos en que hacia ese lado no hay nada que buscar. La revolución ha significado un retroceso en lo que se refiere a los valores democráticos. Es peor el remedio que la enfermedad. Pero, los radicales de la oposición son un carrito chocón que se golpea una y otra vez contra la misma pared. Han terminado por favorecer al gobierno cada vez que meten la pata y eso es a cada rato.

Es preferible arriesgarnos a coger hacia otro camino que seguir en caída libre por el barranco. Creo firmemente que podemos armar un juego donde el argumento no sea la guerra, la extinción de unos o de otros. Se trata de conseguir una convocatoria más amplia y apuntándole al 76%, a la mayoría popular descontenta, conseguir un acuerdo, sin exclusión, que le permita a los venezolanos salir del estancamiento y volver a soñar con una vida mejor.

Ver más artículos de Kico Bautista en